La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), a través de su exhorto pastoral de este jueves, 13 de enero, advirtió que la democracia en el país está «muy debilitada» y se evidencia una profundización en la crisis que aqueja a la nación, potenciada por la presencia de la pandemia de la covid-19. Con este pronunciamiento, el gremio culminó su CXVII Asamblea Ordinaria Plenaria.
Desde la sede de la CEV en Montalbán, el presidente de ese organismo, el arzobispo de Cumaná, monseñor Jesús González de Zárate, recordó que Venezuela vive una «situación dramática y de extrema gravedad por el deterioro del respeto a los derechos de su calidad de vida», a su vez que advierte que es «un pecado que clama al cielo» el que se quiera mantener el poder a toda costa «y pretender prolongar el fracaso e ineficiencia de estas últimas décadas».
Hizo hincapié en que existen al menos «tres escandalosas realidades» que evidencian la situación actual de la nación, como lo son el «desmantelamiento de las instituciones democráticas y las empresas del Estado», el éxodo de más de seis millones de venezolanos en busca de una mejor calidad de vida y los altos niveles de pobreza, que reflejan además la desnutrición en los niños y adultos mayores.
Resaltó otro tipo de problemas presentes que afectan a los venezolanos, desde el punto de vista psicológico, moral y espiritual, como lo es la ideologización que adelanta el Estado a su pueblo, así como la pérdida de la libertad individual de los ciudadanos a través de la persecución, la tortura, la cárcel o el exilio. A su juicio, lo que se quiere es «convertir al ser humano en un simple ejecutor de centros idolátricos del poder».
Considera la CEV que existe una contradicción desde el punto de vista económico porque, aunque hay altos niveles de pobreza en Venezuela y la dificultad de tener un salario justo por el trabajo, hay una proliferación de inversiones que benefician a unos pocos y que no permiten el acceso de todos, como por ejemplo casinos, casas de juegos, hoteles, bodegones, restaurantes, «edificios y casas ostentosas», elementos que «ofenden a Dios y a los hermanos» en un momento donde la pandemia agudiza la crisis.
Monseñor González de Zárate refirió que la debacle educativa tampoco se escapa a la realidad porque el deterioro del sector se ha «profundizado y generalizado», tanto en las condiciones en las que alumnos y profesores se desenvuelven para dar clases, como la búsqueda de los docentes de una mejor calidad de vida, que les ha llevado a dejar su trabajo por oficios mejor remunerados. «Sin educación no hay transformación posible», recuerda el nuevo presidente de la CEV.
«Nos encontramos en el país en una grave crisis global y democrática. El ser humano con su dignidad, principalmente la persona pobre, es colocada a un lado por un sistema político para dar relevancia a un sistema ideológico excluyente, perdiéndose el sentido de la democracia como poder del pueblo al ser sustituido este por reducidas élites y grupos que asumen un poder populista y autocrático, en concreto, de los poderes públicos y militar, dependiendo cada vez menos de la legitimidad electoral, con la astucia de sacar del medio de contrapesos constitucionales y políticos», dijo el monseñor.
Respecto a las elecciones regionales del 21 de noviembre y la repetición de los comicios en Barinas el 9 de enero, el arzobispo de Cumaná manifestó que el proceso comicial estuvo plagado de irregularidades, como la inhabilitación de candidatos, amenazas a medios de comunicación, persecuciones, desconfianza y la «escandalosa división de la oposición», que derivó en los altos niveles de abstención que se vieron en el proceso.
Para la CEV, el hecho de que se hayan repetido las elecciones en Barinas es una muestra del «resquebrajamiento institucional de los poderes democráticos» y deja en evidencia la influencia que tiene el Ejecutivo en los demás poderes, enumerando algunas anomalías, entre las que destacó la anulación del resultado cuando ya había un ganador y el poner un candidato ´a dedo´, sin escuchar a las bases del partido. Aun así, aseguró que la población asumió la vía electoral como herramienta para cambiar y se mostró un deseo de aspirar a otras cosas.
Monseñor Jesús González de Zárate expresó que la CEV no toma partido por alternativas políticas y recordó que las exhortaciones que se hacen se basan en las enseñanzas y principios de la Iglesia, por lo que destacó que cualquier propuesta debe estar enmarcada en la Constitución y las leyes del país.
Al ser preguntado sobre la mesa de negociación o la búsqueda de dirimir diferencias vía diálogo, el presidente de la CEV reconoció que la población está «desilusionada» y desconectada de la dirigencia política, porque no se ven reflejados en ella y por eso es que pide que entre todos se busque una solución, no en «cualquier diálogo», sino que el mismo pueda ahondar y construir un camino «serio» para la solución real de las necesidades de los venezolanos.
(Con información de Tal Cual)