Alejandro Bautista González *
El pasado 13 de los corrientes, en acto especial al efecto programado en Caracas, fue dado a conocer el documento “REFUNDAR LA NACIÓN DESDE LA CIUDADANÍA”. Corresponde al llamado de la Conferencia Episcopal Venezolana, CEV, en la exhortación pastoral de la Iglesia católica dirigida a los venezolanos.
De manera sintetizada, pero con gran profundidad y fundamentos, la Iglesia católica interpreta su gran preocupación por lo que acontece en nuestro país y la errada conducción política ejercida e impuesta desde las altas esferas gubernamentales, la cual se percibe contraria al desarrollo positivo, paz y armonía que la ciudadanía en general espera y sueña que prevalezca en toda Venezuela.
En un resumido preámbulo, el documento refiere: «Nos encontramos como país en una grave crisis global y democrática; el ser humano con su dignidad, principalmente la persona pobre, es colocada a un lado por el régimen político, para dar relevancia a un sistema ideológico excluyente, perdiéndose el sentido de la democracia como poder del pueblo».
Tres aspectos específicos de la situación del país, destaca el documento de los prelados (arzobispos y obispos) de Venezuela: 1. El desmantelamiento de las instituciones democráticas y de las empresas del Estado, 2. El dramático éxodo debido a la emigración forzada de cerca de seis millones de compatriotas expatriados por falta de oportunidades de desarrollo en el país; y 3. La pobreza de la gran mayoría de nuestro pueblo, con particular acento en la desnutrición de la infancia y las situaciones de injusticias que viven las personas de avanzada edad. Además de estos aspectos, agrega el documento, “existen los daños psicológicos, morales y espirituales que experimentan los venezolanos en el drama que estamos viviendo”. Cuestión esta totalmente apegada a una cruel realidad jamás vivida.
Ante tan deplorables consideraciones, más adelante sostiene: “Hay un objetivo de fondo: convertir al ser humano, creado por Dios como ser libre y responsable, en simple ejecutor de centros idolátricos de poder” Agrega además que “lo que está verdaderamente en juego, en medio de todo este deterioro, es la persona humana en la plenitud de su vocación. Cuando una ideología se antepone como un sistema de poder, que violenta los derechos humanos y rechaza la dignidad de la persona, genera injusticia y violencia institucional”.
Analizados estos razonamientos y con base en lo acontecido en las elecciones del pasado 21 de noviembre y el resultado de las elecciones del reciente 9 de enero en Barinas, la Conferencia Episcopal Venezolana reflexiona que estos hechos constituyen una demostración, por lo que es necesario reconocer y aceptar que estamos frente a un cambio en Venezuela, que pasa por la necesidad del encuentro y del entendimiento, para refundar la nación y reconstruir el país libre de la opresión y del deterioro al que ha sido sometido.
Refundar la nación: savia determinación de la CEV y acertada coincidencia con lo que, desde hace varios años, importantes sectores de la sociedad civil organizada de Venezuela vienen proponiendo, echo este ampliamente expuesto en el Libro Proyecto País Venezuela Reconciliada, elaborado por el MID 2013. Por supuesto que la reciente propuesta del episcopado humaniza y fortalece con nuevos ítems este proyecto, que bien puede ser compendiado, fortalecido y consolidado.
El importante documento pastoral sostiene en su contenido “…la refundación de la nación” implica la inclusión de los desfavorecidos, recuperar la convivencia fraterna, la promoción del diálogo; realizar negociaciones claras y justas en favor del pueblo; promover la familia y la educación y “renovar los partidos políticos y los liderazgos que no han permitido un discernimiento político centrado en las exigencias actuales”. Alusión pertinente que invita coherentemente a participar a los que nunca han tenido voz, lo que constituye claramente un aporte en la solución de vigentes necesidades, nunca antes consideradas.
REFUNDACION Y RECONSTRUCCION: Todo ello será posible y verá luz cuando los ciudadanos venezolanos, todos juntos, sin distingo de credos políticos o religiosos, deponiendo intereses personales, integrados y consolidados por la UNIDAD DEMOCRÁTICA, se convenzan que unidos y halando el carro en igual dirección, solo así, alcanzaremos nuestros objetivos ineludibles.
Con elecciones libres o con revocatorio, cualquiera sea la fórmula que se aplique, con visión libre y auténtico sentido democrático, se requiere la indispensable UNIDAD INTEGRADORA de los venezolanos para alcanzar el máximo objetivo de REFUNDAR O RECONSTRUIR LA NACIÓN.
La providencia de Dios cuida el mundo. “No salva al rey lo inmenso de sus tropas, ni su gran fuerza libra al que combate”. Salmo 33 (32)
*Doctor en Cooperación Internacional, Integración y Descentralización: Los Desafíos del Desarrollo Internacional.