Regional

Los templetes y las casetas para el disfrute del pueblo

29 de enero de 2022

652 vistas

Desde 1835 hay referencia de la celebración de la Feria de San Sebastián, festejos populares donde se juntaron lo religioso, lo taurino y la alegría de los vecinos. Los cronistas destacan que, durante ocho días, desde el 19 de enero, había fiesta. Los bailes populares, las serenatas, juegos en la calle, siempre fueron protagonistas en esta actividad cultural.
La calle ha sido el mejor escenario para la diversión de las personas. Actividades para distracción de los vecinos de la villa, adaptadas a cada época; juegos para el disfrute de los niños, y la danza presente en todos los escenarios para la diversión, con grupos musicales formales o improvisados por el momento, de origen local o venidos de zonas cercanas. Todo indica que los españoles que fundaron estas ciudades impusieron parte de sus costumbres y la fiesta destaca en sus vidas.
Con la construcción de los clubes privados, como el Club 19 de Abril, Círculo Militar, Demócrata Sport Club, Club Táchira, hay bailes en espacios cerrados, donde hombres y mujeres lucen las mejores galas en cada uno de los festejos. Se vive la fiesta.
En su segunda fase, desde 1966, la fiesta se transforma con aires internacionales, con ejemplos de las fiestas colombianas de Cali y Manizales. Sigue en la calle con los llamados templetes, también en espacios cerrados conocidos como casetas y en los clubes de la ciudad. Los habitantes de la villa de Juan Maldonado disfrutan de los festejos durante una semana.
Cada templete tenía una junta organizadora, cada uno elegía su reina y se celebraban actividades recreativas para niños. Toda una fiesta popular de calle que grandes y chicos disfrutaban.
Antonio Ruiz Sánchez (+), en Crónicas de la Feria Internacional de San Sebastián, fascículo 25, del 25 de abril de 2007, narra lo siguiente. “Los templetes, la más espontánea de las manifestaciones de calle, se fueron encogiendo, hasta quedar aislados en la memoria”.
Según su crónica, el primer templete, “que solo fue el nombre sin forma, se abrió en 1967, en el segmento de la carrera 16, entre calles 13 y 14 -sector hoy del barrio San Carlos-. “A los vecinos se les ocurrió sacar -a la calle- un aparato de sonido, juntar discos, buscar bebestibles y ponerse muy fiesteros. En los aledaños se dieron cuenta y la voz fue corriendo y cubrió todo el ámbito urbano. Al año siguiente comenzaron a proliferar, llegando algunos a marcar huella, convirtiéndose en referencia, como sucedió con el templete “Los Ermitaños” que se disponía en la calle 12, entre la carrera y la avenida García de Hevia -Quinta avenida-. Allí la fiesta adquiría densidad y se celebraban novilladas con aficionados prácticos…”.
Se lee en el fascículo cinco, 27 de agosto de 2006, que la V Feria Internacional de San Sebastián tendrá nueve templetes: 23 de Enero, Puente Real, Unidad Vecinal, La Popita, Pro Patria, Carrera 16 o Cuadra de La Amistad, Barrio Sucre, Barrio Libertador, Barrio Obrero y Los Ermitaños.
Hubo templetes en La Romera, Barrio Obrero, La Concordia, por toda la ciudad, donde el tocadiscos imponía el ritmo de la fiesta entre vecinos y allegados, quienes no podían pagar la entrada a las casetas populares o los clubes con la presentación de orquestas y artistas locales, nacionales y muchos internacionales, que le dieron prestigio al evento y además fueron del disfrute de todos los que salen a divertirse.
El periodista Marcelino Valero, exdirector de Diario La Nación, le dijo al editor de Crónicas de la FISS, Omar Uribe: “templete significa templo pequeño, pabellón o kiosco y, en la Feria de San Sebastián, el templete se ha constituido en el lugar predilecto de la gente de pueblo. Por ello, en calles, veredas y barrios se realiza la fiesta del pueblo”.
Para el 2022, estas fiestas de calle son solo un hermoso recuerdo que se mantiene vivo en el barrio Lourdes, donde el nombre de Antonio Aragón se sigue nombrando en el templete que dio vida a este populoso sector de la ciudad. ¡Volvamos al templete!, ¡Volvamos a la feria de calle! (@joseluis.guerrero.73700)
Bailes Chapaleos
No hay duda que la juventud impone su ritmo en los festejos. J. J. Villamizar Molina, quien fuera cronista de San Cristóbal, en su libro “Instantes del camino” nos narra sobre los Bailes Chapaleos, bailes populares, frecuentes y escandalosos, en la plaza y centro de la ciudad.
“…En cuanto a los bailes respecta, la juventud -que siempre ha sido la revolucionaria e innovadora de las costumbres- rebosó durante la mitad segunda del siglo la austeridad de sus austeros patriarcas, al inventar algo que escandalizó más a la silente y dormilona Villa que los rítmicos valses de Strauss en la Viena protocolar del Imperio. Las “abominables y corruptoras” cosas que aparecieron por aquellos tiempos fueron unas atrevidas danzas, “las cuales podían ser producto del demonio”…tan escandalosas danzas fueron los llamados “Bailes Chapaleos”…”.
“A pesar del repudio de los mayores, los “Bailes Chapaleos” alcanzaron mucho auge y fueron aceptados por la ley. Pero como las cosas se excedieron… fueron los viejos refunfuñones los que ganaron aquel pleito a los muchachos y la escandalosa costumbre fue severamente amonestada en 1873 y luego prohibida por el Prefecto Departamental en 1875…” (joseluis.guerrero.73700)

La avenida García de Hevia se transformaba en una fiesta.

Noche de las Ruanas
En enero de 1970, en el programa de la VI Feria Internacional de San Sebastián, hubo la Noche de las Ruanas, la gran fiesta de calle a lo largo de la avenida García de Hevia -conocida por muchos como la Quinta avenida-, con orquestas y grupos musicales para el disfrute del pueblo. Los asistentes lucieron ruanas de muchos colores, una prenda de vestir hecha de lana, “para dar realce y colorido a la feria”, que protege del frío.
La fiesta de calle, que muchos llamaron bulevar, se repitió durante muchos años y fue una de las atracciones de la fiesta de enero para el pueblo. Todo un espectáculo bailable.
José Luis Guerrero S.