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Sucesos
“La muerte de alias Cherry habría detonado guerra entre las guerrillas”
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Tal como se había informado oportunamente a través de este rotativo, la muerte de José Noel Ortega Fandiño, alias Cherry, habría sido el detonante para que estallara la guerra entre el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y las disidencias de las FARC”, publicó este sábado el portal informativo colombiano La Voz del Cinaruco.
Recuerda que Ortega Fandiño fue asesinado junto con otras cinco personas (reportadas inicialmente como desaparecidas), la tarde del 30 de diciembre del 2021, en el sector del Zig-Zag, municipio Fernández Feo, en el estado Táchira, Venezuela.
“Los acompañantes solo fueron encontrados hasta el 2 de enero de 2022. Dos de ellos en la población venezolana de El Nula y los cuerpos de las otras tres personas fueron dejados en Puerto Contreras, zona rural de Saravena, departamento de Arauca, explica.
Sobre la muerte de alias Cherry, se supo que murió cuando el vehículo en que se movilizaba, una camioneta pick up, marca Toyota, fue interceptada por hombres fuertemente armados en la Troncal 5, cerca de Río Frío.
“Lo obligaron a descender del automotor, para luego dispararle y acabar con su vida. Este sujeto, al parecer era el encargado de manejar dineros del ELN, producto del tráfico de drogas y el contrabando de gasolina en la frontera”, agrega.
Según informaciones provenientes del estado Apure –continúa-, este hecho fue el detonante para desatar la guerra entre las disidencias de las FARC y el ELN, la cual ha dejado un baño de sangre a ambos lados de la frontera, que solo en el departamento de Arauca, hasta el momento, ha cobrado la vida de por lo menos 50 personas y fuertes enfrentamientos del lado venezolano, con una cifra de muertos aún sin precisar.
La pugna sangrienta entre ambos grupos subversivos, solo durante la primera semana de enero, arrojó un saldo de al menos 10 personas asesinadas en la entidad apureña, un número desconocido de desaparecidos y secuestrados, y otro tanto de familias desplazadas.
La mayoría de víctimas, ajenas al conflicto. Al cabo de unos días, cuando los homicidios y enfrentamientos se concentraron en áreas fronterizas como Arauca – y aún se mantienen-, una cifra considerable de colombianos también debió desplazarse a departamentos vecinos.
(MB)
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