Economía

“Las medidas anunciadas son apenas pañitos tibios para el sistema financiero”

5 de febrero de 2022

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Humberto Contreras
Hernández considera que el gobierno tendrá que ser más agresivo en su política financiera, si quiere alcanzar los índices de crecimiento que espera.
La cartera crediticia de la banca nuestra superaba los 50 mil millones de dólares a finales de los 90. Hoy no pasa de, apenas, 300 millones. Con la autorización de conceder créditos en dólares hasta 12 % del encaje, esos 40 millones es una cifra pírrica, insuficiente para las necesidades del sector productivo.
Así opina el economista tachirense Dilio Hernández, director del Centro de Investigación y Análisis Prospectivo, CIAP, al ser consultado sobre las medidas anunciadas por el gobierno nacional, referidas a disminuir en 12 puntos el encaje legal, y autorizar el otorgamiento de créditos en divisas, indexados al bolívar.
Dijo que, desde el punto de vista económico, todo desmonte de políticas restrictivas es beneficioso para reactivar el aparato productivo de un país, sin duda alguna, especialmente para un sector tan golpeado, como es el sistema financiero nacional, afectado por una profunda crisis en los últimos años. Hay que saludar esas iniciativas.
Agrega que las decisiones son saludables, especialmente cuando se refieren a un sector tan golpeado en los últimos años, como es el sistema bancario venezolano, afectado por una profunda crisis, que le ha limitado su función como intermediario financiero, y que lo han convertido en uno de los sectores más pequeños en América Latina, con activos que son superados por cualquier banco pequeño de Panamá, de Colombia o de Ecuador.
— Una de las razones de esta crisis que ha afectado el sistema bancario, explica el especialista, sin duda ha sido, además del impacto de la crisis económica en general, la política del BCV con el encaje legal, y la restricción del crédito en divisas, que tiene la banca venezolana.
En relación al encaje legal, agrega Hernández, hasta finales de la década de los noventa, este no superaba 15 %, y alcanzó un máximo, un tope de 17 % en 1997, que se mantuvo hasta 2012, cuando comenzó a ascender, llegando en 2021 a 93 %, con promedios que iban entre 20 y 22 %.
Cuando uno habla de 93 % de encaje legal, eso significa que de cada cien bolívares que capta el banco, 93 son inutilizables, y solo puede disponer de siete bolívares para sus operaciones crediticias. A finales de 2021 el encaje se redujo de 93 a 85 por ciento, y este miércoles, el gobierno ha dictado una medida para reducirlo a 73 %.

No es un gran logro

Es importante señalar, indica el director del Ciap, que el promedio mundial del encaje en los países desarrollados oscila entre cero y 5 %, y en la mayoría de los países en vía de desarrollo oscila entre 15 y 16 %. Estoy hablando, explica, de que más de 120 países en el mundo tienen un encaje que no supera 16 %.
Así que reducirlo a 73 %, realmente no es un gran logro extraordinario de la política monetaria, que, repito, implica que de cada cien bolívares que tiene la banca en depósitos, solo podrá disponer de 27 para su operatividad.
Esta política monetaria ha generado un alto déficit del encaje bancario, continúa, que en su momento superó incluso 100 %, y obligó a restringir el crédito. Hoy la banca no coloca más de entre 20 y 25 % de sus depósitos en cartera crediticia, obligando a los bancos, muchas veces, a acudir al mercado overnight, para lograr recursos que les permitan cubrir el encaje legal, con tasas superiores a 100 %, y que, incluso, llegaron a alcanzar hasta 2.700 % en el transcurso de los últimos cuatro años.

Solo paños tibios

Señala el doctor Hernández que la intermediación financiera, como efecto de esas medidas, cayó de 50 % mensual a menos de 15 %, es decir, prácticamente nadie tenía acceso al crédito. Un importante dato que hay que recordar, es que hasta finales del siglo pasado, la cartera crediticia de la banca nuestra superaba los 50 mil millones de dólares. Se redujo en 2007 a 12 mil millones, y en el año 2021 no supera los 300 millones de dólares.
La pregunta sería, si ese monto es suficiente para atender la demanda de crédito que existe en el país, en sectores tan importantes como el industrial, el agropecuario o el sector construcción. 300 millones de dólares no significa el crecimiento de cualquier empresa medianamente grande en América Latina.
Si bien se estima que 50 % de los bancos tienen depósitos hoy día en dólares, y se autoriza, como otra de las medidas que acaba de dictar el gobierno, que 12 % de esta cantidad se destine a créditos, esa cantidad no llegaría a alcanzar 40 millones de dólares, una cifra realmente pírrica para ese proceso de reactivación que se ha venido anunciando en el país.
A mi juicio, la medida es un paño tibio al sistema financiero, que si bien puede recibir divisas como se le autorizó y que ha implementado su sistema para recibirlas, el otorgamiento de créditos sigue siendo limitado por el BCV. Es decir, no es cierto que hay libertad de otorgar créditos en divisas al público, a pesar de que pudiéramos decir que la banca sigue recibiendo una buena cantidad de dólares.
De tal manera que allí se ha creado lo que yo llamo una clientela VIP, para el financiamiento en dólares, muy reducida, limitada, por supuesto, por los depósitos que hagan los clientes, y por los activos que estos coloquen en garantía, en respaldo a su crédito, lo cual limita por supuesto muchísimo el mercado crediticio bancario, porque sabemos que esta cifra de clientes VIP, es muy reducida en el país.
Otro elemento que hay que destacar, es que el grueso de esos depósitos en divisas se concentra en alrededor de 5 bancos nacionales, de los 28 que hay en el país. Esos 5 bancos acumulan, aproximadamente, 80 % de esos depósitos, lo que quiere decir que existe una buena cantidad de bancos que no tiene acceso a este mercado. Estas limitaciones, asevera, el economista, restringen el financiamiento en dólares, solo para clientes muy exclusivos, mientras que el resto debe seguir el viacrucis del financiamiento.
Así que, en definitiva, “yo podría decir que, si bien es cierto que hay un descongelamiento, o por lo menos, la intención de reducir los controles en el sistema bancario, sigue siendo muy limitada y tendrán que ser mucho más agresivos en esta política, si es que se quiere alcanzar ese índice de crecimiento que el gobierno ha venido diciendo, y que, bueno, por supuesto que todos aspiramos a que eso se pudiera lograr, manteniendo controles y manteniendo este tipo de restricciones es muy difícil lograr resultados importantes en esta materia”.