Sucesos

Sujeto que asesinó a sus padres fue descubierto por familiares

7 de febrero de 2022

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Durante casi seis años, funcionarios Contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalistas debieron trabajar para aclarar el crimen de una pareja residenciada en la Colonia Tovar, hecho ocurrido a manos de su único hijo, que durante todo ese tiempo no solo se encargó de montar una coartada que permitiera justificar la repentina desaparición de sus padres, sino que bloqueó las cuentas de aquellos familiares que presionaban a la autoridad policial para que diera con el paradero de los esposos y aclarara las circunstancias que provocaron su repentina desaparición.
Misteriosa desaparición
Los antecedentes de este caso tienen inicio en el mes de octubre de 2016, cuando ocurre la misteriosa desaparición de Jorge Luis Pérez Orasma, de 55 años de edad, y su esposa, Blanca Margarita Pérez Pérez, de 51, lo cual tomó por sorpresa a la familia, que de inmediato presintió que algo raro estaba ocurriendo, por cuanto los esposos no tenían motivos para desaparecer y, además, no habían comunicado a ningún familiar su intención de viajar a otro país.
La misma familia se encargó de las investigaciones iniciales y hasta conversó en diversas oportunidades con el hijo, de nombre José Gabriel Pérez Pérez, de 34 años de edad, quien desde el primer momento sostuvo que sus padres se habían marchado al extranjero en busca de mejores condiciones de vida, ya que la situación por la que estaban atravesando en la Colonia Tovar los estaba golpeando, desde el punto de vista económico.
El anuncio fue tomado con sorpresa y desconfianza por los parientes, debido a que los desaparecidos se caracterizaban por ser buenos conversadores y solían comentar sus planes a personas cercanas. Nadie tenía conocimiento sobre la intención de viajar al extranjero, tal y como lo estaba diciendo su hijo. Además, lo consideraban como improbable, ya que ninguno de ellos tenía pasaporte.
En varias oportunidades intentaron conversar sobre el caso con José Gabriel, pero este, molesto y alterado, asumía una conducta evasiva y hasta se atrevió a bloquear sus cuentas para que no pudieran contactarlo.
Las sospechas se incrementaron cuando el hombre comenzó a incurrir en contradicciones y hasta cambiaba las versiones sobre el viaje de sus padres al exterior, de manera que optaron por trasladarse hasta la delegación del Cicpc en la Colonia Tovar, estado Aragua, para hacer notificación sobre sus dudas y sospechas. El padre de Blanca Margarita hizo la notificación de los dos productores de fresas, como personas desaparecidas.
Principal sospechoso
El director nacional del Cicpc, comisario general Douglas Rico, dijo que los detectives, con prudencia, dado lo delicado del caso, asumieron las investigaciones para establecer el paradero de los padres de José Gabriel Pérez, sobre quien recayeron sospechas de manera inmediata.
El hombre no solo estaba bajo la mira de la policía, sino también de sus familiares, que seguían indagando. Solía tornarse muy nervioso cuando ocurría un encuentro casual con sus parientes y le preguntaban sobre el paradero de sus padres. Notaron que el sujeto siempre tenía una excusa a flor de labios, cambiaba sus historias y hasta incurría en contradicciones.
Por versiones de terceras personas, supieron que se había apoderado de los bienes de los desaparecidos y había vendido, sin autorización, los carros de la pareja, una camioneta marca Toyota, tipo pick up, y un auto Baby Camry.
Eran varias las cosas de las cuales había dispuesto y eso aumentó las dudas, pues la familia consideraba que no era correcto disponer de los bienes de personas que estaban en el exterior y que en cualquier momento podrían regresar para retomar su vida normal.
Este descubrimiento fue notificado a los investigadores del Cicpc, que discretamente contactaron a Pérez Pérez para indagar sobre las cosas que había vendido. El hombre manifestaba que sus padres, de cuando en vez, establecían contacto con él, a través de redes sociales, y habían autorizado la venta de algunas de sus pertenencias. También llamaba la atención que Jorge Luis Pérez y su esposa, Blanca Margarita Pérez Pérez, solo establecieran contacto con su hijo, evitando comunicación con otros familiares.
Muertos y enterrados
Habían pasado cosas que dejaron un mar de dudas. Douglas Rico explica que los investigadores comenzaron a analizar las versiones que a lo largo de las pesquisas había aportado José Gabriel Pérez, tanto a la policía como a sus familiares. Notaron incoherencias y hasta cambios sustanciales en sus testimonios. Definidamente, algo no encajaba y por eso procedieron a ejercer presión sobre el sospechoso. Los detectives acudieron a la Colonia Tovar y realizaron múltiples diligencias que inquietaron al sujeto. Tras negar que tuviera algo que ver con la desaparición de sus padres, se mostraba intranquilo y preocupado. No soportó la presión policial y, al final, se quebró. Terminó aceptando que había asesinado a la pareja para obtener beneficio económico y apoderase de sus bienes.
Se supo que el doble homicidio ocurrió en el sector El Guásimo, municipio Tovar, en medio de una acalorada discusión. José Gabriel golpeó a sus padres y, utilizando un puñal, les quitó la vida. Una vez que cometió el hecho, amparado por la oscuridad, trasladó los cuerpos hasta la parte posterior de una parcela, donde procedió a sepultarlos, procurando no dejar rastro.
Sobre ellos sembró fresas para que nadie sospechara si observaba que la tierra había sido removida. También declaró que el arma incriminada la había lanzado, el mismo día del crimen, por un profundo abismo, en zona conocida como El Topito, cerca de la medicatura de la Colonia Tovar, para evitar que fuera encontrada.
Luego de cometido el hecho, para encubrir el terrible crimen, ideó el plan de un viaje fuera del país, pensando que eso podría funcionar, pero no contó con la desconfianza de sus familiares, que de manera discreta, pero decidida, trabajaron de manera conjunta con los investigadores del Cicpc, logrando aclarar el hecho.
Los funcionarios Contra Homicidios fueron con José Gabriel Pérez hasta la parcela donde enterró a sus progenitores, hace casi seis años. Tras cavar dos metros, aproximadamente, encontraron las osamentas de la pareja.
El padre de Blanca Margarita Pérez, uno de los denunciantes, dijo que ante la desaparición de su hija, en octubre del año 2016, le asaltaron numerosas dudas, más aún cuando su nieto lo llamó a la tranquilidad, asegurando que ambos se habían ido del país. Con esa versión solo consiguió dejar en la familia una gran cantidad de interrogantes que inquietaron a todos, contó más adelante.
Los funcionarios del Cicpc desenterraron las osamentas y las llevaron a la morgue, para identificación a través del ADN y técnicas forenses. También localizaron las herramientas que el sospechoso utilizó para abrir las fosas donde enterró a sus padres. Ahora se trabaja en la localización del arma incriminada y se practican rastreos en el lugar donde el presunto homicida dijo que había lanzado el puñal.
Así mismo, fueron recuperados los dos vehículos que vendió, pese a que no le pertenecían. (AH)