Rubienses se unen para apoyar a Eduardo Fernández, quien requiere una bicicleta para continuar en este deporte en el que se proyecta con éxito
Por: Norma Pérez.
Eduardo Pereira Fernández tiene 20 años de edad. En enero compitió como parte del equipo de Barinas en la Vuelta al Táchira. De los cuatro integrantes, fue el único que llegó a la última etapa, pero no pudo finalizar. Una bicicleta obsoleta y condiciones adversas jugaron en su contra.
A pesar de los reveses que tuvo que enfrentar, la aspiración de este joven es continuar con su preparación para convertirse en el gran deportista que anhela ser. Quienes lo conocen saben que posee las cualidades para lograrlo. Por ello, iniciaron una campaña para comprarle una bicicleta acorde a sus requerimientos. Es necesario buscar alternativas para que sea posible.
El dirigente de ciclismo, Luis Antonio Ramírez, quien ha entrenado a deportistas de la talla de Jackson Rodríguez, Oscar Luna y Jennifer Fuentes, considera que este joven merece tener una oportunidad:
“Sorprende la actuación de este muchacho en la Vuelta al Táchira, ya que sus condiciones de vida, alimentación y vivienda son críticas. Verlo correr a ese nivel y en esas circunstancias, es asombroso. Su bicicleta está desactualizada para la práctica del ciclismo competitivo y no tiene recursos para actualizarla o adquirir otra. Eso me motivó a iniciar una campaña para recolectar fondos y apoyarlo”.
Ramírez lo conoce desde hace varios años y sigue de cerca su desempeño; con su mirada de experto, reconoce en él las aptitudes para avanzar y surgir:
“En las primeras etapas de la Vuelta quedó en los últimos lugares debido al nerviosismo que tenía para competir, a su condición física, pues recién había superado una enfermedad, pero, sobre todo, por la bicicleta con la que participó. No ayudó el equipo al que perteneció, con solo cuatro corredores y sin equipos de repuesto. A pesar de esto, aguantó las etapas más fuertes, como las de Mérida, La Grita, Casa del Padre, cerro El Cristo; cada día iba avanzando y ubicándose en lugares intermedios, en niveles bastantes altos, con promedios de velocidad que rondan los 50 y 60 kilómetros, dependiendo de la topografía”.
Está convencido de que, a pesar de las adversidades que enfrentó antes de la Vuelta y que enfrenta en su vida, tiene muchas cualidades. “Con más apoyo y un buen equipo, puede rendir mucho más”.
El Maracucho…
A Eduardo Pereira lo conocen como el Maracucho, esto se debe a que nació en Machiques, en el 2001; ese mismo año su familia se radicó en Rubio. Lamentablemente, su mamá enfermó y falleció cuando él apenas tenía seis años de edad, por lo que se fue a vivir al estado Zulia con unos parientes. Su papá, Vinicio Enrique Pereira, regresó al Táchira, y en el 2017, sus hijos fueron a pasar vacaciones con él en la Ciudad Pontálida y se quedaron.
Recuerda que desde niño veía salir uniformado a su papá, quien también practica el ciclismo, al igual que su hermano mayor, pero este lo dejó al poco tiempo. “Comencé a salir con mi bicicleta de hierro, algo deteriorada, empecé a competir y siempre llegaba de último, pero seguía insistiendo”.
Hace dos años y medio comenzó a entrenar de manera profesional. Su hermano le prestó su bicicleta de aluminio, en mejores condiciones, pero tampoco mejoraban los resultados.
“Un amigo de aquí, de Rubio, Henry Michel Meneses, ciclista destacado, me regaló unas zapatillas de segunda mano, con la condición de que siguiera luchando. Nunca había tenido unas zapatillas; seguí entrenando y bajo las indicaciones de mi papá, llegó el día de la carrera en que al fin quedé en segundo lugar, y en la siguiente ocupé el primer lugar”.
Siente una inmensa gratitud por las personas que de manera desinteresada lo ayudaron a participar en su primera Vuelta al Táchira:
“Henry Michel Meneses, él me ayudó a conseguir un equipo, le agradezco el apoyo; Jackson Rodríguez me obsequió las zapatillas y unos uniformes; siempre presentes mi papá y Dios. También al profesor Luis Antonio Ramírez y José Lindarte, por sus consejos. Me preparé con él por un corto tiempo, antes de correr la Vuelta al Táchira”.
Una experiencia inolvidable de la que habla con emoción por haber estado al lado de reconocidos profesionales, un aprendizaje sobre la marcha, a gran velocidad.
“Lamentablemente, no pude finalizar por circunstancias de la bicicleta, en la octava etapa se partió el tensor y el equipo de Barinas, por ser de bajos recursos, no tenía bicicleta de repuesto. Me sentí triste, molesto, al ver que no alcancé a terminar. No pude contener las lágrimas cuando me alejaba del lugar”.
Su meta era culminar, pero no tuvo los medios para hacerlo. En la Vuelta compitió con 142 ciclistas. Pese a que en la primera etapa no estaba muy bien de salud, pasó a la segunda, donde sufrió una caída faltando treinta kilómetros para llegar a la meta, por lo que se ubicó entre los últimos lugares. “Después fui escalando, hasta quedar en el puesto 81”.
“En el equipo de Barinas solo éramos cuatro corredores, dos sub-23 y dos élites. Yo era uno de los sub-23. En la etapa número uno se bajó el primero por problemas mecánicos; en la cuarta etapa descalificaron al segundo, y en la siguiente el compañero no terminó por desperfectos en la bicicleta”.
Eduardo Pereira fue el único que llegó a la final, pero no pudo concluir por el daño que sufrió su bicicleta, con más de veinte años de uso: “pedaleaba a ver si se arreglaba, pero el tensor se rompió y tuve que parar; fue un momento muy duro para mí”.
Este joven no se amilana ante los problemas, su deseo es continuar su preparación para salir airoso en las próximas competencias.
“Agradezco a todos los que se unieron para apoyarme y que pueda contar con una bicicleta que posea los requerimientos para competir. Es un gesto muy bonito del pueblo rubiense, pero no quiero que solo me ayuden a mí, porque aquí hay muchos jóvenes de bajos recursos, como yo, que quieren prepararse para ser grandes ciclistas”.
En las manos de muchos está el ser parte de esta acción generosa para que Eduardo Pereira Fernández tenga su bicicleta. Para que no rompa este sueño.