Una orden de captura por Interpol habría sido emitida contra una mujer, presuntamente implicada en el homicidio del docente Miguel Ángel Guada.
Hasta el momento, el móvil que manejan los investigadores es el del robo de su teléfono celular; sin embargo, se debe aguardar por los resultados de las indagaciones y el análisis de las evidencias colectadas, que permitan una información oficial.
En cuanto al hecho de que la víctima fuera hallada desnuda, no se pudo precisar la razón, a excepción de la presunción de que habría sido una muestra más del poder, control y humillación que el homicida quiso manifestar ante su víctima indefensa.
En relación a la mujer que tiene orden de captura, solo se mencionó su nombre, Mileidy, sin más detalles. Ella huyó y ahora es buscada a nivel internacional.
Al igual que Ivanhove B., el detenido, la mujer también sería vecina de Pan de Azúcar.
La captura del hombre la hicieron la misma tarde del pasado miércoles, 16 de febrero, en la vereda Villa del Carmen, tras el hallazgo del cuerpo, encontrado en estado de descomposición en un área boscosa, semioculto con la vegetación, detrás de la quinta “Marvé”, al lado de la residencia del asesino, quien era solo un conocido de la víctima, un vecino más de la zona.

Una semana desaparecido

Exactamente, una semana antes, casi a la misma hora del hallazgo, el profesor de Geografía e Historia del liceo de El Pueblito desapareció, sin que sus seres queridos lo supieran, por siete días, mientras ellos lo buscaron sin descanso, de manera coordinada, por todos los medios posibles e incluso pegando flayers hasta en la frontera con el vecino país. Los restos de Miguel Ángel estaban a solo unas cuadras de su casa.
El 9 de febrero había salido de su casa, en el kilómetro 3, para acercarse a la capilla del sector, donde obtenía mayor señal telefónica, y envió por WhatsApp una tarea a sus alumnos.
Se encontró con un amigo, al que le dijo que regresaría a la casa porque el celular estaba por descargarse. A partir de ese momento no se volvió a saber nada de él.
Las discapacidades físicas (motrices) y del habla que tenía el profesor asesinado no limitaron su vida; siempre trató, en la medida de lo posible, de sobreponerse a las adversidades.
Era magíster, pedagogo, había egresado de la UPEL y actualmente daba clases en el “Liceo Nacional Antonio José de Sucre”, de El Pueblito, vía a Rubio. Y se preparaba para capacitarse aún más, a nivel profesional.
Hoy su familia solo reitera su llamado a que se haga justicia por su innecesaria muerte, que esta no quede impune y los responsables paguen por este abominable crimen. (Miriam Bustos)