Va para un mes que las tres cavas de la morgue del Hospital Central de San Cristóbal, bajo responsabilidad del Senamecf, se encuentran dañadas, trayendo consigo no solo la rápida descomposición de los cadáveres que allí se encuentran en depósito, sino una contaminación general del servicio, lo que ha obligado a que solo trabaje el personal estrictamente necesario para la labor diaria, como la práctica de autopsias.
Por otra parte, unos 15 cadáveres ya descompuestos, que se había previsto sepultarlos hace varios días, aún permanecen allí, en razón de que -se aseguró- no hay en el cementerio Municipal de San Cristóbal el personal necesario que pueda cavar la fosa común; es decir, el camposanto sancristobalense no cuenta con sepultureros o, al menos, no los que se requieren para concretar esta diligencia.
Ante esta eventualidad, los cuerpos en descomposición que no han sido reclamados por sus familiares, hace unos días fueron sacados de las cavas, lavados y devueltos a las mismas, valga decir que se hizo con el riesgo de que el personal que realizó esta acción contrajera cualquier infección, por cuanto tampoco se cuenta con trajes o los implementos necesarios que permitan manipular con seguridad cuerpos en avanzado estado de deterioro.
Pese a buscar de esta manera paliar un poco la situación, el proceso natural en los cadáveres fue inminente y los olores putrefactos ya son imposibles de ocultar.
Ante esta triste realidad, tanto el personal que labora en esta área, así como los que por obligación deben visitarla, son víctimas al menos de los olores putrefactos que se desprender del interior de la morgue. (MB)