Al menos 37 personas murieron este viernes en un gigantesco incendio que destruyó un hospital en Corea del Sur, el peor siniestro registrado en el país en los últimos diez años.
Unas 130 personas resultaron heridas en esta catástrofe a pocas semanas de la llegada a Corea del Sur de miles de atletas y turistas para los Juegos Olímpicos de invierno.
Las autoridades reconocieron que el hospital de Miryang, una ciudad de 115.000 habitantes en el sureste de Corea del Sur, no disponía de un dispositivo antiincendios automático.
Se trata del segundo incendio importante en un mes en Corea del Sur, donde en los años de desarrollo que le permitieron convertirse en la undécima economía mundial, muchas infraestructuras se construyeron en forma acelerada, menospreciando a veces las reglas de seguridad.
En vídeos publicados en las redes sociales se veía cómo un paciente se agarraba a una cuerda lanzada por un helicóptero que sobrevolaba el hospital. Otro pasaba por una ventana para alcanzar una escalera.
El balance de muertos fue creciendo a lo largo de la mañana. En un momento, la Casa Azul, sede de la presidencia, habló de hasta 41 muertos, pero luego un balance oficial dio cuenta de 37 muertos.
«Dos enfermeras dijeron haber visto cómo se declaraba el incendio repentinamente en la sala de urgencias», contó un responsable de los bomberos, Choi Man-Woo.
En el edificio de seis plantas funcionaban el hospital Sejong y una residencia de ancianos. En el momento en que se declaró el incendio había 200 personas en su interior, indicó la policía.
«Las víctimas proceden tanto del hospital como de la residencia de ancianos. Algunas murieron de camino al hospital», precisó Choi Man-Woo.
Videos y fotografías mostraban el hospital envuelto en una nube de humo y rodeado de numerosos camiones de bomberos.
Tras sofocar el incendio, los bomberos empezaron a buscar a posibles víctimas entre los escombros.
¿Cortocircuito?
Entre los sobrevivientes, algunos de los cuales permanecían en el lugar envueltos en frazadas, Jang Yeong-Jae, un paciente del hospital, contó que estaba en el segundo piso cuando una enfermera gritó «¡fuego!».
«Pero cuando abrí la puerta, la caja de la escalera estaba llena de humo negro y no veía nada», dijo Jang Yeong-Jae al diario JoongAng Ilbo.
«La gente corría aterrorizadas, se caían por la escalera, gritaban mientras el humo invadía las habitaciones», agregó.
El director del hospital, Son Gyeong-Cheol reconoció que el centro no disponía de extintores de incendio automáticos.
La normas de seguridad vigentes no lo exigen, pero el hospital se disponía a instalar uno la próxima semana para anticiparse a una nueva legislación que entrará en vigor en junio, agregó.
«Había dos climatizadores reversibles en la sala de urgencias y el fuego comenzó en esa zona. Sospechamos que hubo un cortocircuito», dijo el director del hospital.
El presidente surcoreano Moon Rae-In expresó su pésame por la tragedia tras mantener una reunión de emergencia con sus consejeros y exhortó a determinar rápidamente las causas del incendio.
El mes pasado, 29 personas murieron en un incendio en un gimnasio de la ciudad de Trecheo (norte), una catástrofe atribuida a la escasez de salidas de emergencia, a los materiales inflamables utilizados en el edificio y al hecho de que unos automóviles mal aparcados bloquearon el acceso de los vehículos de los socorristas.
El incendio del hospital es el peor registrado en Corea del Sur desde 2008.
Ese año, el incendio de un depósito causó la muerte de 40 muertos en Incheon.
El siniestro más mortífero de la historia surcoreana ocurrió en 2003. El incendio criminal de una estación de metro dejó 192 muertos y unos 150 heridos. AFP