Sri Lanka declaró este viernes el estado de emergencia por las violentas protestas que se desataron en el país debido a la peor crisis económica desde la independencia.
El país insular de 22 millones de habitantes, ubicado al sur de la costa de India y que se independizó en 1948, se enfrenta a una grave escasez de bienes esenciales y una fuerte inflación por la falta de divisas internacionales y una abultada deuda.
Tras una noche de disturbios en la capital, el país vivió nuevas protestas en varias ciudades el viernes. Los manifestantes piden la renuncia del presidente, Gotabaya Rajapaksa, y de su familia en el poder.
Según Rajapaksa, el estado de emergencia se declaró para garantizar «la protección del orden público y el mantenimiento de los suministros y servicios esenciales para la vida de la comunidad».
La madrugada del viernes, cientos de personas marcharon a la casa presidencial en la capital para pedir la renuncia del mandatario. En el camino, quemaron dos autobuses militares y una furgoneta policial y fueron dispersados por las fuerzas de seguridad.
Según fuentes oficiales, Rajapaksa no se encontraba en su casa durante los disturbios.
Al menos 53 manifestantes fueron detenidos durante las protestas y una persona resultó gravemente herida, según la policía.