Marco A González, docente, escritor y poeta tachirense, conocido como el Teacher, celebró este jueves, 7 de abril, un siglo de vida. Durante estos 100 años, este ilustre hombre ha sido merecedor de múltiples reconocimientos y condecoraciones por su impecable labor en la sociedad, pero sobre todo se ha ganado el cariño de la gente y de sus exalumnos.
“El Teacher nos cuenta que durante muchos años se desempeñó como docente, pero desde hace un buen tiempo esa labor ya no la ejerce, pero se mantiene activo con dos clubes que han formado parte de su vida: el Club de Leones y los Gervasianos, agrupados en una asociación de exalumnos y profesores de la Escuela Normal Experimental Gervasio Rubio. La institución actualmente no funciona, denominada Asoger; este grupo de personas tienen una revista digital y la edición de este jueves fue dedicada a este docente de cien años.
Aunque ya no está en las aulas de clase, ni operativo en el proceso de enseñanza del inglés, el Teacher se mantiene dinámico con otras tareas que le gusta hacer, como lavar su ropa, poner la mesa antes de comer, atender las llamadas, ir al banco cercano a su residencia, ordenar su biblioteca, escribir, leer, dictar, entre otros quehaceres más.
Marcos A. González tiene cuatro hijos, siete nietos y seis bisnietos, algunos están en Táchira y en otros estados de Venezuela, pero también tiene familia en otros países del mundo, como Estados Unidos, México y España. A pesar de tener un siglo de vida, se une a las videoconferencias que realizan para mantenerse en contacto. La tecnología no ha sido un problema para él.
Afirma que no tiene un secreto para la longevidad. Piensa que cuidar la alimentación, para que el organismo mejore, en lugar de empeorar, es una regla que toda persona debe seguir.
Para él, la unidad familiar es fundamental. Recalcó que eso no significa que cada integrante debe pensar igual, pero sí es preciso que exista la  armonía en el hogar para evitar la disparidad.
Mientras conversábamos con el Teacher, un brillo resplandeció en sus ojos al recordar a su amada y fallecida esposa, Josefina Bustamante de González, a quien cariñosamente le decía la Suta.  La describió como una mujer extraordinaria, que siempre ayudó a todos en la familia y en la sociedad.
Se cayó hace tres meses
Hace tres meses sufrió una caída y pensó que moría, pero Dios le otorgó otra oportunidad.
“Yo creí que había muerto; sin embargo, grité pidiendo ayuda. Vino mi hija Ybeth y me atendió, a pesar del nerviosismo que le embargaba”, contó y agregó que el Todopoderoso lo favoreció, porque no tuvo ni la fractura de un dedo pequeño, aunque sí ha tenido dificultad en los oídos, y la memoria bajó un poco. Se mantiene en control médico.
Vive sus días muy feliz. Felicidades al Teacher.
Bleima Márquez