Para el economista Rafael Acevedo, la flexibilización del mercado laboral es parte de los cambios más urgentes que necesita el país
Desde inicio del presente año 2023, uno de los temas principales sobre el que giran las discusiones públicas, es la necesidad de recuperar el salario de los venezolanos, diezmado luego de un arduo proceso de hiperinflación y contracción del Producto Interno Bruto (PIB).
El tema ha estado en escena con el sostenimiento de las protestas por parte de los empleados públicos, quienes desde los primeros días de enero tomaron las calles para exigir mejoras salariales, puesto que algunos profesionales cobran un sueldo que no supera los 10 dólares mensuales, haciendo la conversión con la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV).
Es así como el salario de los empleados venezolanos, sean del sector público o privado, es considerablemente bajo si se compara con el de los vecinos de la región.
Este hecho también ha conducido a varios precandidatos presidenciales a empezar a hacer promesas de aumentos, pero sin ahondar en la manera que utilizarían para obtener dichos fondos, en un momento en el cual el Estado no recibe la misma cantidad de ingresos por la actividad petrolera que hace una década atrás, y en el que sectores privados, como el de la construcción, se mantienen prácticamente paralizados.
En función de intentar encontrar propuestas que ayuden a explicar y solucionar esta problemática, Diario La Nación conversó con el economista venezolano Rafael Acevedo, quien actualmente se desempeña como gerente de programas en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad de Creighton, en Nebraska, Estados Unidos.
La recuperación de los salarios
Para empezar, a Acevedo le “llama la atención cuando un político hace promesas de aumentos salariales sin explicar cómo lo hará posible”, puesto que, sostiene, “existe una marcada diferencia entre salarios nominales y reales”. Lo explica de la siguiente manera:
“El salario nominal es simplemente la cantidad de dinero que aparece en el recibo de pago. Ese monto es muy fácil de aumentar, de hecho, el actual gobierno podríamos decir que tiene la corona en decretar subidas de salario mínimo”.
Mientras que, “el salario real es la comparación de cuántos bienes y servicios se pueden comprar con el monto que se devenga. Es decir, el poder adquisitivo del salario”, asegura el experto.
Por lo tanto, propone centrar el foco en cómo conseguir que las personas puedan comprar más con la misma cantidad de dinero, agregando que “aquí es donde entra el tema de la productividad”.
“De nada vale prometer aumentos salariales si no hay un aumento de la producción, porque al final, decretar aumentos en este escenario es colocar más dinero persiguiendo las mismas cantidades de bienes y servicios, lo que hace que le eleven los precios”, aseguró Acevedo, quien además es CEO de Econintech, un think tank de libre mercado.
Para cumplir con este propósito, recomienda crear los incentivos para que lleguen inversionistas extranjeros, a partir de respetar la propiedad privada y los contratos, disminuir los costos burocráticos y eliminar las barreras comerciales creadas para proteger la industria nacional.
En este último sentido, sostiene que el “proteccionismo termina por perjudicar a los consumidores, formando los llamados grupos prebendarios en torno al poder”.
“Los empresarios venezolanos deben competir, ofreciendo productos de calidad a un menor precio, allí es donde se mide su capacidad de ser más eficientes en el uso de los recursos a través de la innovación”, concluye Acevedo.
Ahorro, inversión y productividad para un mejor salario
En un país como Venezuela, donde la inflación registrada en enero escaló hasta un 39,4 %, según datos del Observatorio Venezolano de Finanzas, colocando al país a las puertas de un nuevo proceso de hiperinflación, es difícil pensar en ahorrar, pese a ser una acción necesaria para el crecimiento económico.
El economista, que también ejerció en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, Rafael Acevedo, explicó así la relación existente entre el ahorro, la inversión y la productividad para recuperar los salarios:
“Cuando en un país aumenta la cantidad de ahorro, lógicamente las empresas tienen más oportunidades para tomar parte de ese dinero y utilizarlo para la inversión, y con esto me refiero a la compra de materiales y equipos, labores de mantenimiento y ampliaciones de plantas, y demás asuntos necesarios para la producción”.
Por infortunio, dice Acevedo, “lo que se puede ver ahora mismo es que casi todos los ingresos se están yendo hacia el consumo”, quedando de muy poco a nada para aumentar el capital, “llámese éste tractores, computadoras u hornos, que son los necesarios para producir a un mayor ritmo con menos trabajo”.
En este sentido, se le consultó al economista: si nuestro problema es de productividad, ¿cómo explicar la diferencia salarial cuando ambas personas realizan exactamente el mismo trabajo, con las mismas herramientas, ejemplo, un botones de San Cristóbal y uno de Nueva York?
“En cualquier empresa, el salario del empleado se busca que vaya acorde al valor que esa persona es capaz de generar. En ese caso, mi hora trabajada en un hotel en Nueva York va a ser mucho más productiva para el empleador, aportando más ganancia que esa misma hora, pero trabajada en un hotel en San Cristóbal, porque simplemente los ingresos son menores; hay menos clientes que atender, y posiblemente, también los márgenes de beneficio son más reducidos”, sostuvo Acevedo.
El papel de las leyes laborales en la recuperación del salario
En Venezuela, al cierre del pasado año 2022, cerca del 60 % de la población trabaja en el sector informal, según datos expuestos por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello.
Los obstáculos para contratar a nuevos empleados, así como para realizar despidos, elevan los costos y la rigidez dentro del mercado laboral venezolano, por lo que la reforma a su marco regulatorio es otro de los factores que menciona Acevedo dentro su examen:
“No es de extrañar que, dentro del índice de rigidez laboral, es decir, donde se mide cuán costoso es despedir a una persona, los países que tienen economías más prósperas, son los que a su vez poseen mayor flexibilidad en este mercado”.
Como consecuencia, el economista sugiere “bajar los costes de contratación, flexibilizar el mercado para que empleador y trabajador se entiendan y puedan hacer los contratos que mejor les parezca, creando así un dinamismo que incentive la competencia y la creación de fuentes de empleo”.
“Así como el Estado no debe implementar un proteccionismo para las empresas, tampoco lo debe hacer para los trabajadores”, enfatizó Acevedo.
La viabilidad de un salario mínimo
Por último, el economista fue consultado acerca de cuán recomendable resulta establecer un salario mínimo en una economía tan frágil como la venezolana.
“Cualquier salario mínimo está destinado al fracaso, porque al final es un control de precio. En este caso, los empleadores van simplemente a dejar de contratar, porque por lo general ese salario suele ser fijado muy por encima del que ha surgido de manera espontánea en el mercado”.
De esta manera, “una menor cantidad de empresarios dispuestos a emplear, se traduce simplemente en un aumento en la tasa de desempleo”, advierte Acevedo, para quien los principales afectados con esta medida, en cualquier parte del mundo, “son siempre las personas no profesionales y las que no poseen experiencia laboral”.
Por lo que el economista asegura que lo mejor es permitir que sea del mercado, es decir, de las personas realizando libremente acuerdos de intercambio, de donde surja un precio a cada labor.