Aumenta el paro forzoso en el estado por la crisis del transporte. Debido al alto costo de los pasajes, muchos hombres y mujeres han optado por abandonar su trabajo y quedarse en casa, con el fin de buscar una mejor forma de ganarse el sustento o al menos alguna en el que la tarifa del pasaje no les afecte tanto, porque la realidad es que, como lo dijo el presidente de Corposalud al denunciar que entre diciembre y enero se han ido del hospital Central 165 personas, entre enfermeras (104), médicos especialistas y médicos residentes, sesenta por ciento del sueldo se gasta en pasajes y no queda para la alimentación y demás gastos de un hogar.
Y es que “un país sin servicios de transporte es como un cuerpo sin venas ni arterias: un caos total”, escribió la doctora Judith Aular de Durán, vicerrectora Académica de la Universidad del Zulia, en su artículo de opinión sobre la Crisis de Transporte en Venezuela, en el diario El Regional, del Zulia, el seis de noviembre de 2011, y a siete años de esa alerta, así está el Táchira: “al borde del colapso”.
Madrugar para poder trasladarse
A diario la población tachirense, desde su capital, San Cristóbal, hasta los municipios dormitorios y todos en general, amanece esperando la unidad del transporte público que la lleve a sus destinos diarios, principalmente al trabajo, la escuela y centros de salud, “pero no por mucho madrugar llegan temprano, porque las busetas pasan ‘full’ y algunas vacías no recogen pasajeros, por lo cual hay que esperar a las ocho y media, a que pase alguna medio vacía para subirse”.
Así lo dijo una usuaria, que dice ver con dolor y vivir, aun a riesgo de la integridad física de la población, por falta de busetas de las líneas formalmente concesionadas, tanto por los ayuntamientos como por el Gobierno nacional a través del Instituto de Transporte, que siguen transportando personas en vehículos que no son aptos.
A diario, tanto en las horas pico de la mañana, como en la tarde, se ven las aceras llenas de gente, en un ir y venir de paso largo y rápido, en busca de los sitios donde con mayor seguridad puedan lograr subirse a la unidad de transporte público que les lleve a sus hogares, mientras que las avenidas del centro de San Cristóbal, que hasta antes de las guarimbas ocupaban prácticamente todos los canales de circulación, e incluso fue una situación denunciada por el desorden formado en esa área de la capital, ahora se ven prácticamente vacías.
La falta de busetas del trasporte público autorizadas, denunciada por los diferentes medios de comunicación y las redes sociales, se debe a que han ocupado otras rutas y que supuestamente a los propietarios les es más rentable salir todos los días a “tanquear” en las estaciones de servicio para “bachaquear” la gasolina; por ello argumentan que “cómo sí se ven todos los días haciendo cola en las bombas, pero no en las rutas”. El sindicato y los propietarios de las líneas defienden esa posición.
El jefe de la Policía Municipal de San Cristóbal, Ángel Perdomo, informó el viernes que en un operativo sorpresa los cuerpos policiales sorprendieron a ciento cincuenta transportistas laborando ilegalmente, es decir, estaban fuera de sus rutas, y aunque refirió que eran rutas del país, no precisó cuántas eran del estado Táchira.
Una necesidad satisfecha a riesgo
Son pocas las unidades que trabajan y las que lo hacen van tan llenas que quedan pasajeros “de bandera”, colgados en la puerta, a pesar del peligro que corren; de hecho, han ocurrido accidentes por esa praxis.
Rosa Ortega comentó que “venía de Palo Gordo, al Terminal, y el chofer dijo que se dañaron tres busetas y que apenas quedaron en la línea cuatro para cubrir dos rutas, y se le dañó el ‘diafragma’ -según dijo-, por lo que nos dejó botados, porque iba a parar la buseta; el problema es el trabajo, no llega uno a tiempo y es difícil para las empresas emplear gente que no pueda cumplir con su horario”.
Mientras tanto, propietarios de camiones, camionetas y cavas 350 prestan el servicio y los pasajeros, a falta de busetas, se suben, aguantando sol y agua y arriesgando sus vidas, pues en la forma como van, sin ninguna seguridad, una frenada imprevista pudiera ocasionar un accidente que lamentar.
El costo del pasaje es el punto álgido, porque cada día “esos choferes inhumanos ven la necesidad de la gente y cobran más de lo que deberían, porque la gente está desesperada por llegar a donde vaya, le agarra los nervios porque no sabe si llegará” -dijo Clodomiro Duarte, un usuario del transporte público-.
Sin transporte y sin trabajo
Jefry Díaz, un empleado que hablaba sobre el problema del transporte, advirtió que “si aumentan el pasaje, ahí sí me tengo que salir del trabajo, porque prácticamente no hago nada para comer, y si no tengo cómo trasladarme, tengo que buscar otro trabajo”.
Y es que según la versión de empresarios y entes públicos, el problema de transporte ha ocasionado el abandono del trabajo, prácticamente “en bandada”, y todavía hay gente “lista” para quedar cesante, porque “si no alcanza el sueldo para comer, menor para pagar pasaje”.
En los diversos sectores de la economía, públicos y privados, se ha ido tanto personal, que muchas dependencias se ven prácticamente vacías, mientras que quienes reciben los servicios, tanto en salud como en educación, son los más perjudicados, no solamente por la falta de personal sino porque también viven los problemas para trasladarse.
Los casos son dramáticos, como el ocurrido en el Taller Laboral San Cristóbal, el único donde capacitan a jóvenes con discapacidad para incorporarse al mercado laboral, donde los padres y representantes han pedido ayuda al Gobierno por los altos costos de los pasajes.
De allí que siguen en aumento el desempleo y los problemas sociales, pero en el caso del “paro forzoso”, esta vez no es una responsabilidad directa de las empresas porque, aunque algunos de los que han abandonado sus puestos de trabajo dicen que se van a buscar otros fuera del país, hay quienes dicen que se quedan en sus municipios, asegurando que se buscará su sustento, “así sea bachaqueando comida”, pero sin tener que pagar pasaje.
La enciclopedia de la Economía (http://www.economia48.com/#diccionariodeeconomia) define como paro forzoso el desempleo que se produce por causas ajenas e independientes de la voluntad del trabajador.
Desempleo y desintegración
De allí que con el desempleo se está generando un problema grave en la sociedad, pues el sociólogo José Manuel Fresno, director gerente de la Fundación Luis Vives (http://ssociologos.com/2013/07/17/que-papel-juega-el-trabajo-en-la-sociedadque-significa-socialmente-el-desempleo-y-el-desempleo/), considera que el empleo es un elemento esencial para el sostenimiento y desarrollo de cualquier sociedad, porque es la base de la economía productiva y un factor de cohesión y justicia social.
El desempleo, por su parte, “es un factor de desintegración, por cuanto, entre otras cosas, una persona desempleada recibe, en el mejor de los casos, una remuneración limitada, escasa por lo general. Esto restringe sus capacidades personales de desarrollo y, a menudo, también las familiares. El desempleo, a su vez, aleja a las personas de otras posibilidades de participación social y de oportunidades de socialización, por no contar con los medios suficientes para poder participar activamente en la dinámica social”.
Por tanto, “el desempleo expone a las personas a una situación de vulnerabilidad ante la exclusión social. Hay una cuestión de status y reconocimiento e interacción, asociados al empleo”. De allí que es necesaria la implementación de políticas que mejoren la crisis que aqueja a la población, para que no se sigan agudizando los problemas sociales en la entidad.
Marina Sandoval Villamizar