Regional
“No es necesario empeñar la industria petrolera para su recuperación”
20 de marzo de 2023
El experto manifestó a Diario La Nación que la falta de una gerencia capacitada ha hecho que la producción se estanque
Diego Mendoza
La producción de petróleo de PDVSA se situó en febrero entre los 704.0000 y 700.000 barriles diarios, según datos ofrecidos por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), lo que representa 28.000 barriles menos que el mes anterior.
En cuanto al precio referencia del crudo ofertado, Merey 16, este cerró el mes pasado a un precio promedio de 61,95 dólares, un aumento de 20 centavos si se compara con enero, pero cuyo registro se mantiene a la baja desde hace ocho meses.
Einstein Millan Arcia, director–gerente de Energía y Tecnología de Carbonos en Fractal, y quien ha fungido como asesor de petróleo y gas en distintas empresas nacionales e internacionales, ofreció a Diario La Nación sus opiniones acerca de la actual situación del sector petrolero venezolano.
PDVSA en el presente
Pese a los planes trazados de llevar la producción al millón de barriles diarios, la empresa estatal se ha topado con un techo de 700.000 barriles que no logra romper, en un momento en el que la producción a nivel global aumenta de manera considerable.
Según datos de la Agencia Internacional de Energía, la producción mundial podría llegar este 2023 a los 102 millones de barriles diarios.
Para el experto, en un país como Venezuela, cuya economía “depende hasta en un 83 % de los ingresos petroleros, es lógico considerar que se deben tomar acciones para obtener mejores resultados”.
“En diciembre, por ejemplo, cuando se tuvo una producción cercana a los 600 mil bpd., a un precio en el mercado relativamente bueno, era el momento preciso para realizar ciertos cambios estructurales”.
Pese a ello, Millan aseveró que los cambios efectuados en la industria a finales del año pasado “no fueron los más correctos”, puesto que hubo una “preeminencia de factores políticos, en lugar de abocarse a crear, con personal capacitado, una estrategia interna que impulsara la producción”.
“La dirigencia inexperta que tiene actualmente la industria, ha ocasionado que no se pueda llevar a cabo este aumento”, afirmó.
En referencia al alza registrada en los últimos tres meses, de diciembre de 2022 al pasado febrero, sostiene que esta fue proporcional a la reactivación de la producción de Chevron.
“De no renovarse la licencia a esta empresa, y de no cambiar la estrategia de PDVSA en el corto plazo, las proyecciones son bastante desalentadoras”.
La actividad de Chevrón en el país
A finales de noviembre del pasado 2022, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), dependiente del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, aprobó a la empresa Chevron una licencia que la autorizaba a reanudar operaciones en Venezuela.
Actualmente, la transnacional posee cinco participaciones en empresas mixtas, siendo Petroboscán y Petropiar las más destacadas.
El experto en materia de hidrocarburos Millan Arcia aseguró que en esta licencia acordada, se le prohíbe realizar inversión o exposición de capital. De manera tal que, “con los recursos que ya tenía en el país, Chevron ha hecho actividades operacionales básicas, de reparación y reacondicionamiento, para intentar recuperar la producción que llegó a tener previo a su paralización”.
“Los principales problemas que ha tenido que enfrentar recientemente, son de cuellos de botella, es decir, en la eficiencia de sus operaciones y en la logística”.
Para mejorar sus operaciones, “no tiene otra alternativa que exponer más capital, elevar la capacidad operacional, e importar equipos, puesto que, por ejemplo, en el país se reporta que solo tres taladros estarían operando”, comentó.
Esto resulta para el experto algo improbable, puesto que ninguna empresa seria va a exponer capital en un país con un clima político de incertidumbre. “Los capitales siempre buscarán seguridad para procurarse retornos. Las petroleras no buscan amigos, buscan petróleo”, sentenció.
La rentabilidad del crudo venezolano
Actualmente, la economía global atraviesa una etapa de incertidumbre, donde la producción de petróleo puede aumentar debido a la reactivación comercial de China, tras el levantamiento de los controles por la pandemia de Covid-19, pero donde al mismo tiempo los precios pueden caer debido a los temores de recesión que han agitado las quiebras de entidades bancarias en Estados Unidos y Europa.
En este contexto, el Merey -16, que es la cesta de referencia criolla, se vende a descuento, principalmente en los mercados asiáticos, en vista de las sanciones establecidas sobre la empresa estatal.
Al respecto, el experto sostuvo que en febrero, «nuestro crudo tuvo un diferencial en relación con el West Texas International, de 15 dólares por debajo. Ese diferencial va en función de múltiples razones que varían en el tiempo”.
“Y si bien hubo esta mejora debido a que se abrió la relación con Chevron, PDVSA continúa siendo muy débil frente a sus principales competidores que son Rusia e Irán, países también sancionados y que se supone son los grandes aliados del gobierno”.
“Ahora mismo, nuestra estructura de costo, considerablemente elevada, versus el precio real del barril, no da para tener rentabilidad”, aseguró.
Acciones para recuperar la industria nacional
De 2015 a 2020, PDVSA experimentó un descenso acelerado de su producción de petróleo, llegando en este último año señalado a extraer tan solo 400.000 barriles diarios, cantidad comparable a la registrada en la década de 1930, según datos del propio Ministerio de Petróleo.
Millan Arcia, quien ha ejercido labores de asesoría dentro de la compañía estatal, apuntó una serie de recomendaciones para iniciar la recuperación de la producción.
“Hay que empezar por establecer una junta directiva integrada por verdaderos expertos. Puede ser gente que se haya desarrollado dentro de la misma empresa o fuera, pero que conozca cómo funciona este negocio. Es la gente comprometida, que ocupa puestos por su talento, la que hace posible el desarrollo de la actividad”.
Así mismo, resaltó la importancia de “jerarquizar activos en función del interés para cumplir con el compromiso de la industria”. Teniendo presente, además, la necesidad de “volver a tener acceso a bienes y servicios que vayan en consonancia con una estrategia clara y realizable”.
Subrayó también en su proposición, tres puntos claves, “la seguridad interna y los respaldos político e institucional”.
“Esa fue la fórmula para conseguir que PDVSA pasase de una producción instantánea de menos de 200.000 barriles de petróleo, durante el paro petrolero de 2002, a 3.274.000 bpd en un lapso de dos años”, añadió.
De igual forma, recomendó retomar la cesta referencia Tía Juana ligero, la cual fue borrada en 2008, y que según explicó, “permitía una obtención a menor costo, de mejor posicionamiento en el mercado, y de menor complejidad operacional”.
“No es necesario empeñar a la industria petrolera para su recuperación, es posible acceder a capitales por medios propios para operar el primer año”, aseveró Millan.