«Aguas putrefactas brotan de los apartamentos»
22 de noviembre de 2024
La Casa Steinvorth, en el centro de San Cristóbal, no se resigna a un nuevo abandono. Y para que eso no suceda, el personal del Ministerio de la Cultura, con el apoyo de la Gobernación y la Alcaldía, pone todo su empeño, a partir de recursos asignados por ese despacho del Ejecutivo nacional y de las colaboraciones de los vecinos del sector. Hay que devolverle a la edificación su prestancia como ente cultural y patrimonio arquitectónico.
Freddy Omar Durán
Con el apoyo de la Gobernación del Táchira y la Alcaldía de San Cristóbal, la Casa Steinvorht va en camino de volver a recuperar su valor patrimonial, y su funcionalidad en favor de la cultura tachirense.
En esas labores participa personal del Ministerio de la Cultura, que han tenido que abrir un paréntesis en sus gestiones administrativas y de promotores culturales, para poner la edificación al punto, y así pronto retorne al servicio de la población tachirense.
Luchar contra la plaga, la humedad y el deterioro en general constituye una primera fase en la restauración, y para ello no solo deben ser debidamente administrados los recursos oficiales asignados para tal fin, sino que se ha hecho necesaria de la colaboración de vecinos del centro, que por los momentos ha consistido en material de construcción.
De hecho, de muchas viviendas antiguas del sector se ha hecho reciclaje de ladrillos, para fortalecer las paredes, una de las cuales se vino al piso y dio la alerta sobre el deterioro del centro cultural, mientras que las otras manifiestan a las claras la humedad que las corroe.
De alguna manera, esas viejas casas, no recuperadas como patrimonio arquitectónico, donan su esencia a la Steinvorth, donan la memoria de sus entrañas. También se adquirirá por compra otra parte de los ladrillos, de manera tal que el muro más afectado adquiera resistencia, ya que sobre el descansa gran parte de la planta superior, y para el que inicialmente, en la restauración de principios de este siglo, se levantó conservando la milenaria técnica del bahareque.
— Estamos tratando de enlazar con un organismo y otro, así como con la comunidad, para cumplir el objetivo, aprovechando lo máximo posible el recurso oficial que se le destine. Estamos recogiendo metales, tubos de hierro largo; se está recibiendo de cualquier entidad que pueda hacer esa donación— añadió el funcionario del Ministerio de la Cultura.
Las termitas invasoras
El banquete de las termitas no solo ha sido tomado de las maderas que por doquier adornan y sostienen la construcción; su apetito se ha introducido a lo profundo de los muros, por eso hasta allí hay que llegar para exterminarlas.
Como explicó un funcionario del Ministerio de la Cultura, “lo más grave que tiene la casa es el comején”. A punta de fuego, la plaga se ha concentrado en sus nidos principales, además de eso con una broca se penetra 40 centímetros de pared, y por ahí se inyectará veneno. Se está experimentando con el tipo de veneno a utilizar, al cual se le agregan otras sustancias como creolina y naftalina.
Las estacas de alerta
En las afueras de la Casa Steinvorth, la Alcaldía dispuso una hilera perimetral de estacas sobre la cual paulatinamente se ha investido de una lona, de manera tal que el tráfico peatonal sea restringido, entre otras razones, para proteger el lugar y al tiempo a los transeúntes, en tanto los balcones que débilmente cuelgan constituyen una amenaza, así como de cualquier material que pueda caer al momento de las labores de albañilería.
Lo más original de la edificación del siglo XIX ha sido su puerta, que ya se ha restaurado. Un monumento a la fortaleza misma de la Casa Steinvorth pese a tantas épocas de olvido por las que ha pasado. Igual muchas de las piezas de madera han mostrado gran resistencia, y eso se le atribuye, según el saber tradicional, a que fueron cortadas en determinadas épocas del año, como en la menguante de marzo, cuando la madera está más seca. Así lo explicó el investigador patrimonial de la institución.
En las partes más seguras se han ubicado las obras artísticas y el mobiliario, y por ahora las funciones administrativas del Ministerio de la Cultura han sido suspendidas, hasta tanto la edificación sea segura para el personal que allí labora, como para los visitantes.
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