Dos motorizados colisionan en la Panamericana
24 de noviembre de 2024
Eduardo Marapacuto *
La lealtad siempre cosecha victorias y abre los horizontes para que siempre brille el sol de la alta moral, allá en la cumbre de la honestidad. Los que se alejan del valle fértil de la ética, lo hacen con los pasos de la debilidad y más temprano que tarde caen en medio del camino de sus propias dudas, rendidos por el peso de la conciencia. Y los que logran cruzar las fronteras, con los costales llenos de fardos, terminan en las incertidumbres, en los abismos del olvido y el destierro eterno. Por eso los revolucionarios y revolucionarias debemos mantener la mirada firme en el compromiso de la lealtad y la alta moral.
Es mucho lo que está en juego en estos momentos, pero mantengamos en alto el compromiso con nuestra patria. Venezuela es un país que siempre lleva las botas puestas y con los abrigos de la firmeza va recorriendo las sendas de la historia, siempre al lado de los libertadores, al lado de los revolucionarios y grandes hombres y mujeres que ha parido esta patria. El curso lógico de los acontecimientos apunta a que ni las opiniones lacerantes ni los comentarios de bajos instintos van a quebrar el ánimo y la esperanza de este pueblo que ha luchado y seguirá luchando contra los enemigos de la patria y los corruptos de bajos instintos, que sucumben ante su propia ambición personal.
El libertador Simón Bolívar, se refería a la corrupción como un terrible mal para la salud de las repúblicas. Hugo Chávez también fue esa voz que condenó siempre la corrupción. Por eso, por más que lo quieran nuestros enemigos, la patria no se hundirá y la revolución se mantendrá al nivel que Chávez la hizo elevarse, y hoy está sostenida por un pueblo que no se rinde ni se desvanece; al contrario, se fortalece en su lucha frontal contra todo acto de corrupción. Por eso, aunque el ambiente parezca de truenos y relámpagos, con tormentas de ráfagas centelleantes que estremecen el cielo de la conciencia, no dejemos escuchar el soplo vigorizante del renacer de la vida y de la patria, que jamás debe detenerse ante los vientos desalentadores ni ante el cansancio de la marcha. Así que estimadas y estimados camaradas, mantengamos la mirada de alta moral y de la ética por encima de cualquier cosa; porque estamos inmersos en el propósito político de consolidar nuestra patria y cumplir con la palabra empeñada.
No caigamos en la trampa de las comparaciones, que si aquellos eran unos santos inocente y los de ahora avaros pecadores. No somos un tribunal de la Inquisición; a los revolucionarios solo nos basta con trazar una línea de distinción entre lo correcto y lo erróneo, porque el prestigio es algo que se va adquiriendo en años de forma gradual, pero ante cualquier error, lo podemos perder en un segundo. De allí pues, que hay que sacar lecciones de todo esto para evitarlos como militantes y no defraudar la responsabilidad donde nos coloca el destino y la vida.
Debemos estar preparados para enfrentar todas las eventualidades, de modo que nada nos sorprenda y nos agarre desprevenidos. Los venezolanos y venezolanas somos conocidos por nuestro impulso para enfrentar las dificultades, por esos estos son tiempos de lealtad y alta moral, y que nadie te quiebre el impulso revolucionario ni te mancillen el honor de patriota. Las circunstancias pueden ser de luces y de sombras, pero nunca de derrota; así que a defender el legado de la lealtad y la alta moral revolucionaria. ¡Que así sea!
*Politólogo, MSc. en Ciencias Políticas.
Investigador RISDI-Táchira
Fue arrollada en la avenida Venezuela y requieren a sus familiares
24 de noviembre de 2024
