Por alrededor de una hora los tribunales cesaron sus actividades para vivir el sagrado momento de la Pasión y Muerte de Jesucristo
Freddy Omar Durán
El acto más injusto en la historia de la humanidad fue recreado al mediodía de este jueves, a pocos días del inicio oficial de la Semana Santa, en un sitio donde la justicia se imparte, y donde muchas víctimas acuden en pos de la misma llevando a sus espaldas un calvario equivalente al que Jesucristo padeció en el Gólgota.
En un recorrido que vinculó los espacios del Palacio Nacional, donde operan los tribunales del estado Táchira, se escenificó el viacrucis, a cargo de la Pastoral Juvenil Nuestra Señora de la Consolación de Táriba, por invitación de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira.
Son diez años que esta pieza de devoción ha tenido a la Basílica de Nuestra Señora de la Consolación de Táriba como sus locaciones para cada Viernes Santo. En esta ocasión no solo se cambió el lugar, se trasladó a una fecha en las cercanías de la Semana Mayor, y también casi en coincidencia con el aniversario de San Cristóbal.
Pero no por haber sido movida en la fecha y el lugar se desmeritó su solemnidad, su calidad actoral y el impacto de un público que tuvo un contacto directo con una nutrida audiencia que se movía junto al elenco de 60 personas en cada una de las once estaciones, e incluso se desbordó por la salida del Palacio Nacional, junto al Cristo humillado y doliente, que finalmente sería levantado sobre la cruz. Cada actor se tomaba muy en serio su papel, en una interpretación libre de las escrituras bíblicas, pero sin tergiversar la esencia del mensaje.
En cada estación un narrador explica al público cada uno de los hechos que caracterizan a las estaciones, poniendo énfasis en el sentido sagrado que cada una encierra, referido a que todo lo ocurrido corresponde a la Voluntad Divina. Pero al mismo tiempo la puesta en escena pone en paralelo nuestras tribulaciones con aquellas asumidas por el Nazareno enfrentado al oprobio y la injusticia.
— No es una obra de teatro, esto es un acto de fe, es una manera como nosotros llevamos la evangelización, porque lo que tratamos es que se le quede al público el mensaje que nosotros transmitimos, que sepan valorar todo el sacrificio que hizo Jesucristo por el perdón de nuestros pecados— explicó uno de los organizadores del montaje sacro.
Son diez años en los cuales la pastoral juvenil ha perfeccionado su vestuario, su escenografía y la manera como son interpretados los personajes involucrados en la trama, comenzando por Jesucristo, en esta ocasión interpretado por Diego Ruiz, asumido en toda su intensidad, con una entrega que conmueve, cuando un cuerpo ya agotado del Redentor se levanta en la cruz.
—Todo eso es una tarea que empezamos desde el mes de enero, con muchos ensayos y preparativos, y que tiene su día central el Viernes Santo. Esto que hoy presentamos en un adelanto de lo que veremos en Táriba desde las 10 de la mañana.
Previamente a la representación, el párroco de la Catedral, José León, dirigió a los presentes una pequeña oración y también ilustró un poco del especial significado del viacrucis:
“Queremos que esta pequeña representación sea motivo de esperanza, de fe, de motivo para sentir la presencia de Dios”.
Valoró que ese ejercicio de piedad se haya realizado en la sede de tribunales, lo que significa que la Iglesia está buscando la manera de llegar a muchos sitios para predicar su buena nueva.