En emergencia esta comunidad del municipio José María Vargas por colapso de la principal vía de comunicación
Norma Pérez
Los residentes de la aldea San Agustín no pueden comercializar las numerosas hortalizas que producen, tampoco llevar a sus enfermos a recibir atención médica en un centro asistencial cercano. La escuela cada día tiene menos alumnos. Movilizar a un difunto en su ataúd es una tarea casi imposible.
La principal vía de acceso de esta zona agrícola es inaccesible, el agua del río pasa por encima del puente, el cual se encuentra tapiado por barro y sedimentos. En la aldea hay unas 140 familias, pero con todas las del sector, el número de afectadas alcanza las 500.
La Jefe de la comunidad de San Agustín, Yolanda Pérez, explicó que la situación se agravó hace año y medio aproximadamente.
“Hicimos las gestiones correspondientes y con el respaldo del director del Instituto de Vialidad, Ángel Márquez y del director regional del MTT, Fabián Sánchez, nos enviaron una máquina por cuatro días; se logró realizar una pequeña canalización, pero cada vez que las aguas de la parte alta del municipio caen y afectan el sector El Playón, todo eso arrastra hasta San Agustín y actualmente no tenemos paso peatonal, de motos o vehículos. Solo rústicos y aún así es difícil para pasar”.

Destacó que en estos momentos necesitan una maquinaria para abrir paso y que los agricultores puedan sacar sus cosechas.
“Existen otros caminos, pero no son aptos para transitar, ya que son sumamente empinados. Por ahí se sacó la cosecha cuando no se podían pasar camiones por el río. Un enfermo no puede bajar ni subir por allí. Incluso hemos subido personas fallecidas por ese camino, a riesgo de que quienes cargan el ataúd tropiecen o se lesionen por el peso que trasladan y la irregularidad del suelo”.
Tienen urgencia que atiendan su llamado, porque las penurias son incontables y van a la par de las pérdidas económicas en una comunidad que lucha por subsistir.

“Necesitamos que nos escuchen, porque nadie nos toma en cuenta, lo poco que se ha podido hacer es porque la comunidad hace sus aportes para pagar la máquina, que cobra entre 140 y 170 mil pesos la hora. A la fecha no hemos obtenido respuesta de la gobernación del Táchira, a pesar que en varias ocasiones acudimos a solicitar ayuda, pero no se han hecho presentes. Y la alcaldía del municipio José María Vargas no posee la maquinaria necesaria para realizar este trabajo”.
En busca de solución
“Vemos a muchas personas cargando a sus familiares enfermos, niños, ancianos. El año pasado mi abuela falleció y la urna debió ser conducida por un camino durante más de una hora para poder velarla en su casa”.
Aun cuando Luis Pérez reside en El Cobre, nació en la aldea San Agustín, donde actualmente vive toda su familia.

“Este problema data de quince años atrás, en ocasiones envían una máquina para limpiar el puente, pero éste se encuentra totalmente enterrado, es decir que el río pasa por encima de la estructura, que inicialmente tenía unos cinco metros de altura. La quebrada represa al río y todo el sedimento se represa allí”.
Refiere que cuando llueve, amontonan la tierra a orilla de la carretera y se vuelve a tapar todo, afectando la producción agrícola. En este sector, siembran diversas hortalizas, que son el sustento de muchas familias.
“Ésta es una vía de contingencia, ya que comunica a La Grita con El Cobre, por Loma de Trigo; llega hasta los páramos de El Rosal y Los Zambranos. Por lo tanto, es utilizada para sacar las cargas de hortalizas y comerciarlas con los ferieros”.
Como alternativa, usan un puente de dimensiones reducidas, que sirve para tránsito de motos, con las que algunas veces pueden mover unas pocas cestas de los productos, cuando no es muy pesado. En caso contrario deben llevarlo al hombro o a caballo. Pero las pérdidas son considerables.
“La escuela también es afectada, su matrícula se ha reducido y los docentes deben caminar largos trechos para llegar hasta el centro educativo a impartir las clases. La medicatura no funciona, porque la gente no puede trasladarse hasta el lugar”.
Luis Pérez es residente de El Cobre pero toda su familia habita en la aldea San Agustín y deben soportar las penurias de no contar con unas vías de acceso adecuadas.
Hay una propuesta y un proyecto que presentó en el año 2011 en busca de una solución, pero a la fecha no hay respuesta positiva.
“La solución sería construir un nuevo puente, unos cien metros más abajo, donde había un camino real, con un puente de madera. Acudimos a las alcaldías de El Cobre y La Grita, pues en el Llano de Los Zambranos hay un puente de guerra que no se utiliza. Necesitamos que se construyan las bases para que se ponga en funcionamiento”
Por los momentos, esta comunidad agrícola se encuentra a la espera que se tomen las medidas pertinentes para resolver su grave situación. A volver la mirada hacia la aldea San Agustín.