La muerte de Manuel Arzolar, un niño de 12 años de edad en Caicara de Maturín, en el estado Monagas, ha causado conmoción en todo el país. Según reportes de la Fundación Cuidarte, una ONG destinada a ayudar a niños en condición de desnutrición y vulnerabilidad en Venezuela, Manuel y su familia vivían en extrema pobreza.

Manuel, junto a su padre y seis hermanos, se encontraba en una situación en la que no podían costear una alimentación adecuada, por lo que se veían obligados a buscar comida en los basureros cercanos. Fue así como consumió alimentos envenenados que le causaron la muerte.

Lo más lamentable de esta situación es que la familia de Manuel no contaba con los recursos suficientes para costear un funeral digno. Por esta razón, su padre, Rudy José Arzolar, se vio en la dolorosa situación de enterrar a su hijo en estado de descomposición, debido a que no podía pagar los gastos fúnebres.

Este hecho es una muestra de la cruda realidad que viven miles de personas en Venezuela en situación de pobreza extrema. La falta de acceso a una alimentación adecuada y a servicios básicos de salud son una realidad para muchos ciudadanos, que se ven obligados a buscar alternativas para sobrevivir en un país que atraviesa una crisis humanitaria compleja.

Redacción web