No puede ser que los líderes del Gobierno no estén enterados del inmenso sufrimiento que su gestión está causando a la familia venezolana. No puede ser que el Gobierno no tome conciencia del hambre y de las enfermedades y de la desesperación frente a la inflación y al alto costo de la vida y al desabastecimiento y la inseguridad y la crisis de la salud y de todos los servicios públicos.
Los líderes del Gobierno deberían estar preparando su salida del gobierno en los términos menos traumáticos y más civilizados. Por el contrario, parece que están haciendo todo lo posible para perpetuarse en el gobierno, a conciencia de que esa permanencia no hará otra cosa que incrementar el sufrimiento del pueblo venezolano.
También tenemos que hacer un reclamo a los líderes de la oposición. Ya tenemos cerca de 20 años con gobiernos muy incompetentes y muy irresponsables, pero hasta ahora no vemos que surja una alternativa seria y confiable, que sea capaz de sustituir al Gobierno.
Todas las encuestas indican que alrededor de 70 % de los venezolanos quisiéramos un cambio y un nuevo gobierno. Desgraciadamente, esa mayoría social de 70 % no se traduce en una mayoría electoral eficaz para cambiar al Gobierno por la incapacidad de nuestros líderes opositores de construir una alternativa seria y confiable.
Tenemos que reclamar también a los líderes de lo que se ha llamado la sociedad civil. Es decir, los líderes empresariales y sindicales, los líderes del mundo académico y universitario, los líderes de los gremios profesionales y de la vida social en general. No puede ser que los voceros de todos esos sectores se limiten a ser espectadores de la catástrofe y no asuman un rol más protagónico para contribuir a construir caminos de solución.
El único sector que ha asumido un papel protagónico ha sido la Conferencia Episcopal Venezolana, que con gran autoridad, con coraje y con decisión, ha ofrecido caminos de rectificación. Hace 26 años, cuando se inició esta tragedia que estamos padeciendo, les dije a los venezolanos que los que se habían alzado contra la Constitución no merecían la confianza del pueblo. Lamentablemente, no fui escuchado. Ojalá nuestros líderes despierten y reaccionen.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández / @EFernandezVE