Por sus características, este sector de la capital del municipio Junín está catalogado como de alto riesgo
Norma Pérez M.
A un costado de la quebrada La Capacha, en Los Corredores de Rubio, están marcadas tres rayas de diferentes colores. Más arriba, un cartel de sistema de alerta comunitario indica que el verde es señal de bajo riesgo, amarillo riesgo medio y el rojo, que fue el nivel que alcanzaron las aguas, alto riesgo.
Los residentes del barrio La Palmita manifestaron su inquietud ante la posibilidad de un nuevo desbordamiento de las aguas del río Carapo y de la quebrada La Capacha, pues en ellos aún persiste el recuerdo de la tragedia acaecida el 7 de noviembre de 2020.
Ante cualquier aumento significativo de los caudales debido a las lluvias, se mantienen alerta para evitar que los tome desprevenidos, a la par que hacen un llamado a las autoridades para que no desatiendan esta emblemática comunidad.
“Nos ganaron los nervios”
José Aquilino Pérez lleva consigo el recuerdo de la noche aciaga cuando perdió a su esposa y a su hija durante el desbordamiento del río Carapo hace tres años. Su casa todavía muestra las huellas de la furia del agua a su paso.
“Esta vez fue una noche pesada, pues el río creció y la quebrada La Capacha se trató de desbordar, a mis familiares les tocó irse para el centro de Rubio a quedarse. A todos nos ganaron los nervios, porque en la vaguada del año 2020, perdimos a nuestros seres queridos, mi esposa y mi hija. Estamos pendientes de avisar a los vecinos y que la gente salga en caso de una emergencia”.
Considera muy importante el trabajo de canalización de río Carapo realizado hace unos meses por la Alcaldía del municipio Junín.
“Gracias a la canalización del Carapo que hizo el alcalde Jackson Carrillo, el agua fluyó y bajó más rápido, lo que evitó que se desbordara e inundara las casas. Afortunadamente no pasó nada”.
“No dormimos”
Rosmary y Clildeya Betancourt son dos hermanas que viven con su progenitora en el barrio La Palmita. A pesar de no estar muy cerca del río, dijeron que la lluvia tan fuerte las mantuvo en vela: “El caudal creció por el callejón, pero el agua llegaba por la escalera y la parte de atrás de la casa, nos preocupamos por la familia, los vecinos que están más abajo, estuvimos pendientes parte de la noche”.
“Canalizar La Capacha”
“La quebrada La Capacha todavía no está canalizada, y si llega una crecida hay riesgo. Está muy alto el relleno y hay mucha tierra, y eso hace que el agua que baja se desborde. Las personas que viven cerca de río sintieron un gran temor, mis familiares tuvieron que esperar que bajara la crecida para descansar”.
José Torres considera que es prioritaria la canalización de esta afluente, pues pudo notar que funcionó con el río Carapo, el cual mantuvo su fluidez.
“Las Casitas”
Los habitantes de Las Casitas, ubicadas en el sector Macuto de La Palmita, expresaron su preocupación, ya que la calle que divide las viviendas se anega cada vez que hay lluvias fuertes y el agua ingresa a los hogares.
“No pudimos dormir, la pared se cayó, hay once casitas donde habitan niños y una persona con discapacidad motora. No nos han tomado en cuenta, tal vez están esperando que haya un desastre. La situación es del conocimiento de las autoridades, pero a la fecha nadie ha hecho nada”, lamentó José Mario Barajas.
Ana Cáceres, Alberto Jaimes, Luz Leal y Blanca Vargas, refirieron que cuando el río o la quebrada crece, se ven afectados.
“Se inunda por la parte de abajo y arriba, hay un área de la quebrada que se represa cuando crece y el agua se mete a nuestras casas. Ya son varios años con este problema. Vivimos once familias, la noche de la lluvia no pudimos dormir, pensábamos que se iba a salir. Necesitamos ayuda, que se vuelva a colocar la pared que se cayó y un alumbrado de emergencia, porque se fue la luz y con el aguacero y en medio de la oscuridad no pudimos recoger nada, apenas salir para resguardarnos”.
Por los momentos las aguas permanecen a un nivel normal, pero las condiciones pueden cambiar de acuerdo al clima. El riesgo permanece latente.