Ha mermado el número de servicios que prestan al día
Jonathan Maldonado
Los bicitaxistas aún no se han extinguido en Ureña. A un ritmo menor, siguen prestando sus servicios desde el punto de control hasta el puente internacional Francisco de Paula Santander, lado venezolano.
Este trabajo informal y ecológico nació a raíz del cierre de frontera, como muchos otros que fueron emergiendo ante ese escenario que duró por más de siete años.
Al comienzo, prestaban el servicio a los pacientes que iban al vecino país y contaban con el canal humanitario. Luego, la alternativa se popularizó y fue un alivio para cientos de transeúntes.
Con la reactivación del puente para el ingreso de vehículos, el pasado viernes 17 de febrero, la cantidad de usuarios ha mermado drásticamente. Sin embargo, continúan batallando.
Un punto que podría significar su desaparición es la puesta en marcha del transporte público binacional. Ellos están claros de esa posibilidad.