Daniel Pabón
Caracas.-
Cuando Alejandrina Márquez va a consultas, siempre les aclara a los doctores que ella tiene su médico personal: José Gregorio Hernández (Isnotú, 1864 – Caracas, 1919), el más reciente beato venezolano. Este domingo se cumplen dos años de su ascenso a los altares.
“Yo les digo a los médicos: José Gregorio es mi médico y es el médico personal de los venezolanos. Y ellos me contestan: tranquila, Alejandrina, que yo sé que tú no vienes sola, sino con tu otro médico de cabecera”, atestigua serena a sus 90 años.
Nativa de Santa Cruz de Mora, en el estado Mérida, pero adoptada por Caracas desde hace varias décadas, Alejandrina visita con frecuencia el Santuario Nuestra Señora de La Candelaria, en el centro de la capital. Construido en 1708, este templo de estilo neoclásico alberga desde 1975 los restos del médico de los pobres, andino como ella.
El pasado 30 de abril de 2021, en una solemne celebración, se leyó el decreto y se develó la imagen mediante las cuales José Gregorio quedó oficialmente declarado beato, el tercer escalón en el camino a la santidad luego de que en el pasado la Iglesia lo hubiese declarado Siervo de Dios, en 1972, y Venerable, en 1986.
“Con nuestra autoridad apostólica concedemos que el venerable siervo de Dios José Gregorio Hernández Cisneros, fiel laico, experto en la ciencia y excelente en la fe, que reconociendo en los enfermos el rostro sufriente del Señor como el Buen Samaritano, los socorrió con caridad evangélica curando sus heridas del cuerpo y del espíritu, de ahora en adelante sea llamado beato”, indicó hace dos años el entonces nuncio apostólico de Venezuela, Aldo Giordano, quien falleció en Bélgica ocho meses después.
Múltiples sanaciones
En el marco de esas actividades de júbilo, los restos mortales del ahora beato fueron trasladados de la tradicional capilla lateral donde reposaban a un moderno nicho, emplazado al lado derecho del altar mayor. Justo frente a ese altar presidido por la imagen en bronce de José Gregorio con bata y estetoscopio se arrodilla con facilidad Alejandrina para hundirse en una callada y larga oración.
En vísperas de este segundo aniversario de beatificación, la abuela acudió a La Candelaria a dar gracias por estar mejorando de una parálisis facial. Pero esta es apenas la asistencia divina más reciente de la cual puede dar cuenta a la hora de hablar de la intercesión de José Gregorio Hernández ante Dios, único hacedor de milagros.
De antes, Alejandrina cuenta favores como su recuperación súbita luego de un asalto durante el cual cayó al pavimento, se golpeó la cabeza y quedó inconsciente. “Solo recuerdo que mentalmente acudí a él”, expresa, ya incorporada a una banca del templo.
Recuerda también cuando ella fue intervenida quirúrgicamente de un tumor en la nariz, sin que hallaran nada maligno. O cuando su hermana enfermó y los médicos no le daban esperanza, pero gracias a José Gregorio, asegura, salió fortalecida de esa situación de salud.
“Es que nos ha sanado en muchas cosas, muchas veces”, abrevia Alejandrina. Por eso su cercanía con el santuario del beato. Por eso su oración tan suplicante como agradecida frente a la pequeña urna de madera que guarda restos mortales del médico trujillano después de que varios fragmentos fuesen extraídos para ser exhibidos como reliquias en todas las diócesis y arquidiócesis del país. Por eso aprovecha para pedirle intercesiones no solo por ella, sino por otros conocidos y amigos, y por el país.
Acompañándola, su sobrina Leida Martínez también le pide a José Gregorio que ayude a todos los venezolanos a saber superar los problemas y dificultades. Lo suele presentar como intención en la misa dominical o entre semana. Y tan presente está la patria en el altar de José Gregorio que una bandera nacional, junto a otra de la Iglesia, flanquean los restos óseos y la imagen entronizada del beato.
Santo popular
Otra gran intención coral, este fin de semana, será una pronta canonización de José Gregorio. Algo que muchísimos, popularmente, se adelantan a dar por cierto de hecho y de corazón, porque José Gregorio es un santo para quizás la mayoría de los venezolanos, aunque todavía falten por agotarse los procedimientos definitorios en el Vaticano.
Un nuevo presunto milagro de Dios bajo su intercesión está siendo sometido a los protocolos respectivos. Si el Dicasterio de las Causas de los Santos a través de sus comisiones médica y teológica efectivamente confirma que este testimonio que está en su fase romana se trató de un milagro, sin explicación científica, entonces sí podrá ser declarado, oficialmente, santo.
“El expediente de este segundo milagro del doctor José Gregorio podría generar noticias en los próximos meses”, dijo el cardenal Baltazar Porras el pasado 19 de marzo durante la solemnidad de san José.
Para la beatificación de hace dos años, la Iglesia reconoció el milagro concedido a la niña Yaxury Solórzano, quien en 2017 recibió un disparo en la cabeza durante un asalto y a quien los médicos habían desahuciado. La madre rezó a José Gregorio para su cura, y de manera súbita se salvó.
En Venezuela también han sido declarados beatos la madre María de San José, la madre Candelaria de San José y la madre Carmen Rendiles, cuya causa de canonización también tiene desde 2019 un presunto milagro bajo investigación en instancias vaticanas.
En la tiendita hay de todo
A un costado del santuario de La Candelaria, desde hace un año y tres meses funciona “El Venerable café”, un espacio comercial en el cual se consigue la imagen del médico de los pobres en distintas presentaciones. Lo que más se vende, en palabras, de uno de sus trabajadores, es la estatuilla de Hernández con bata de médico, así como las estampitas con su imagen y su oración. Los ingresos recabados se invierten en beneficio de la parroquia, explicaron, con lo cual no tienen fines de lucro. La tiendita, que también ofrece café, está abierta de martes a domingo de 9 de la mañana a 6 de la tarde. A ella llegan devotos de todas partes de Venezuela, y en sus paredes y estantes también se exhiben obras de distintos artistas de la geografía nacional.