Regional
“Nuestro mayor acto de rebeldía es mantener la universidad abierta”
6 de mayo de 2023
“Desde el año 2018, los estudiantes no tienen comedor, no tienen transporte; nuestra red de posada para ayudar a los estudiantes de bajos recursos no existe”, dijo la máxima autoridad de la Universidad
Freddy Omar Durán
Una Universidad de Los Andes que hace de su resistencia la base de su rebeldía, y que presenta sin ambages las circunstancias de una crisis que no la ha doblegado, es la que presentó en rueda de prensa el rector Mario Bonucci, llevada a cabo en el auditorio principal de la sede del núcleo de esa universidad en el Táchira.
Haciendo revisión de un pasado, Bonnuci recordó que el ahogo presupuestario y la presión política no han sido fenómeno reciente, pues el mismo ha sido reiterativo en sus 238 años de vida, próximos a cumplirlos este mes, aunque admite que la institución académica está pasando por la “situación más difícil de su historia”.
En la rueda de prensa lo acompañaron Manuel Morrocoima y Omar Pérez Díaz, respectivamente secretario y vicerrector del núcleo universitario Táchira.
“En el año 2020 del presupuesto que nos habían asignado, de por sí deficitario, nos dieron el 50 %; en el año 2021 nos dieron el 10 % en bolívares, que en divisa representa el 1 % de lo asignado, y en el año 2022 nos habían dado el 3,24 por ciento. Vale decir: no existe presupuesto”. Así abrió con esos datos la radiografía de la escasez de la universidad.
A la situación de total desprotección social, con un promedio entre su planta de personal que apenas si supera un salario mínimo de 130 bolívares, se suma las carencias drásticas en los servicios que se prestan al estudiante.
“Desde el año 2018, los estudiantes no tienen comedor, no tienen transporte; nuestra red de posada para ayudar a los estudiantes de bajos recursos no existe”.
Adjudicó al compromiso de cada uno de los integrantes de la comunidad universitaria en general, el hecho de que las puertas de la universidad no hayan cerrado, así como el que ni una sola carrera se haya clausurado y se sigan celebrando actos de grado, el más reciente la primera cohorte de licenciados de Comunicación Social que han estudiado en Mérida, y seguir dentro de los ranking internacionales.
“Tenemos personal con dos y tres empleos, y que con ese segundo empleo están pagando el transporte con el que se movilizan hacia la universidad o la comida que consumen dentro de ella. Vale decir: están pagando por trabajar. Tenemos un caso emblemático, el funcionario que nos hace la formulación presupuestaria, con gran formación académica y profesional, viernes, sábado y domingo vende verduras en un mercado; para poder trabajar lunes, martes y miércoles en la universidad con un salario de miseria”, relató el profesor Bonucci.
Se congratuló Bonucci del reciente otorgamiento del premio Construcción de Valores Democrático, por parte de CEPYG UCAB, que se lo atribuyó al equipo de hombres y mujeres que hace posible que “el mayor acto de rebeldía de los universitarios sea mantener las puertas de la universidad abierta”.
“Es en el espacio universitario donde se produce el encuentro y desencuentro de ideas, y es el espacio donde se construye democracia”.
El rector de la ULA afirmó que a través de actividades como elaboración y diseño de diplomados, asesorías, experticias se está recibiendo recursos que de alguna manera cubren algunas cosas, para el mantenimiento mínimo de la institución de educación superior.
“Obviamente esos recursos por internacionalización y educación continua no alcanzan para pagar la nómina de 14 mil personas, entre la cual 7 mil son jubilados. Obviamente la situación país ha afectado a la universidad: tenemos una diáspora estudiantil bastante elevada, cercana al 60 por ciento en promedio entre el año 2016 y 2023. Eso equivale a las dos terceras partes de la población estudiantil. En algunas facultades es apenas de un 5 %, en otras muy superior”.
Agregó la máxima autoridades de la ULA que la deserción de profesores se ubica en 10 % y en 6 % en empleados y obreros. Esto ha obligado a un llamado reiterado a concursos, e incluso se ha pensado en que estos sean de frecuencia mensual.
“Yo como rector gano menos de 100 dólares y sobrevivo gracias a las remesas que me envía mi familia en España, porque yo no soy ajeno a la realidad venezolana. Pero las dos maestrías que tengo, mi casa, mi carro, todo se lo debo a la ULA. Cómo yo no voy a devolverle todo eso que ha hecho por nosotros y esa es la misma manera de pensar de aquellas personas que hacen posible que la universidad permanezca abierta, herida pero más viva que nunca”.
Hasta dónde puede resistir la universidad en las condiciones presupuestarias deficitarias sin merma de la calidad académica, es una pregunta que Bonucci acepta difícil de resolver; no obstante, ante ella no asume una postura pesimista:
“Yo sí creo que vamos a resistir, pues ha sido una universidad de 238 años de historia que ha visto pasar una Guerra de Independencia, una Guerra Federal, terremotos que prácticamente acabaron con todos los Andes venezolanos. Guzmán Blanco nos quitó a todas las universidades de la época el patrimonio, y sin embargo el rector heroico Caracciolo Parra y Olmedo la mantuvo funcionando. Y sin embargo esta universidad sigue en pie, y nos va a sobrevivir, sin embargo depende de todos los venezolanos que lo haga tal y como está, plural, autónoma, popular y democrática. Cerrar una universidad o bajar la santamaría es cerrarle las puertas a la esperanza de este país”.
Sobre los rumores de paro general por parte del magisterio adscrito al Estado venezolano, y la posibilidad de que la ULA se uniera al mismo, Bonucci mantuvo una actitud precavida; pero al tiempo ratificó que la universidad ha acompañado permanentemente las protestas de los docentes.
“Por definición un rector, un secretario, un vicerrector no está de acuerdo con los paros. Si usted es el que maneja una organización, usted no la va a cerrar. Para nosotros el tema de construcción de valores democráticos es fundamental y entonces dónde usted va a desarrollar todos esos valores si cierran la universidad. Pero somos muy respetuosos de todas las protestas que de manera pacífica y constitucional emprendan el gremio de trabajadores, de médicos, de docentes. El problema es del sector público, y no solo los educadores. Y por esta razón mi persona ha participado en las marchas que ha habido. Nosotros hemos apoyado toda lucha democrática por mejorar la calidad de vida”, explicó a los periodistas de San Cristóbal.
Calificó la bonificación de salario como un sistema de esclavitud moderno, porque el mismo no se ve reflejado ni en las vacaciones, ni en las primas, ni en los aguinaldos
“Hay una cosa más grave en el caso del docente universitario: le van a pagar un sueldo a los profesores activos, mientras que a los jubilados el 70 %. ¿Por qué los van a diferenciar si ellos le han dado toda su vida a la Nación, al pueblo venezolano? Por eso hemos tenido que convencer a unos cuantos jubilados para que se queden con nosotros, y por eso entre el 30 y 40 por ciento de nuestra nómina son jubilados, que muchos de ellos no están cobrando absolutamente nada por seguir trabajando, y encima de que están trabajando de gratis, ¡el bono es del 70!”
Mantenerse a pesar de todas las circunstancias adversas, es un indicativo para Bonucci de que se mantiene la autonomía universitaria, aunque admite que ya se perdió la autonomía administrativa y de organización del presupuesto.
“Han intentado que nosotros perdamos la autonomía para nosotros regular y dictar nuestras propias normas de gobierno, y no lo han logrado. Yo soy rector por más de 15 años, no por gusto, ni porque lo he buscado, es porque el TSJ ha impedido hacer elecciones porque están violentando la autonomía universitaria, que está consagrada en el artículo 109 de la Constitución”
Sobre las elecciones universitarias de autoridades esperan se den en lo inmediato, y al respecto se está en la observación de lo que irá a ocurrir en la UCV.
“Nosotros las autoridades queremos elecciones, pero este que le está hablando no es candidato a la reelección. Yo creo que debe haber gente joven al frente de la universidad. Se convocaron en el 2012 y desafortunadamente el TSJ nos las suspendió”.
Respecto al programa Venezuela Bella que se ha dirigido al mantenimiento de la infraestructura de las universidades autónomas, asentó las razones por las cuales no se han implementado en la ULA.
“Voy a utilizar un ejemplo coloquial que no es propio de un rector: ¿qué sentido tiene que me pinte el rancho, si no me llena la nevera? ¿Usted me quiere arreglar la casa y que yo siga aguantando hambre? El problema es comprar tecnología de punta para atender la docencia, la investigación y la extensión; el presupuesto es que usted tenga el presupuesta indicado para financiamiento, el problema es que haya un presupuesto decente para todos los universitarios, y para las providencias estudiantiles. Solo para infraestructura la ULA requiere 30 millones de dólares, pero cuando va a hablar de tecnología de punta va a ser el doble o el triple de esa cantidad”.
Finalmente insistió que la educación universitaria no puede estar el servicio de una ideología, y admitió que el Gobierno está jugando con el cierre de las universidades autónomas propiciando la deserción de estudiantes, profesores y empleados.