Italia | AFP | El ciclista local Davide Bais (Eolo-Kometa) vivió el día más grande de su vida deportiva al ganar la séptima etapa del Giro de Italia, este viernes en la cima del Gran Sasso d’Italia, después de una escapada de más de 200 kilómetros.
Es la primera victoria en su carrera para el corredor de 25 años, que pasó toda la jornada en la cabeza de la etapa, en compañía del checo Karel Vacek (Corratec), segundo del día, y de otro italiano, Simone Petilli (Intermarché), que fue tercero.
Para Bais, el día fue perfecto, con este gran triunfo en una etapa de montaña en la gran ronda por etapas de su país, con meta a más de 2.000 metros de altitud y rodeado de nieve.
La última y larga ascensión, en paisajes desiertos y casi árticos, podría haber sido el escenario de un primer duelo entre los favoritos. Pero con un viento que soplaba de cara demasiado fuerte, no hubo grandes movimientos en el pelotón y los principales nombres llegaron agrupados, a más de tres minutos del vencedor del día.
«Esperaba que hubiera ataques. Este escenario me benefició. Estoy feliz por seguir de rosa», celebró con alivio el noruego Andreas Leknessund, que conserva el liderato de la clasificación general, con 28 segundos de ventaja sobre el belga Remco Evenepoel.
El espectáculo del día vino en forma de una escapada de tres corredores que no tenían ninguna victoria en su palmarés y que están acostumbrados a trabajar en la sombra para otros.
Bais, Vacek y Petilli se destacaron casi desde la salida de esta etapa de 218 km y llegaron a tener hasta trece minutos de ventaja sobre el pelotón. El margen se redujo a tres minutos finalmente en la meta.
En lo alto del Gran Sasso, a 2.130 m, Bais fue el más hábil y sorprendió a Petilli, que había invertido muchas fuerzas durante la jornada, y a Vacek.
– Euforia de Contador y Basso –
«No era el más fuerte en la subida, esperaba el esprint. Es mi primera victoria y no me la esperaba. Pensaba servir de ayuda a (su líder de filas Lorenzo) Fortunato en el final», explicó el triunfador del día, que arrebató el maillot azul de la clasificación de la montaña al francés Thibaut Pinot.
En el seno del equipo Eolo-Kometa dominaba la euforia. En esta formación de segunda división, invitada en este Giro, las estrellas están sobre todo en el cuerpo técnico con el español Alberto Contador -dos veces campeón del Tour de Francia- muy contento en su puesto de comentarista y el italiano Ivan Basso, doble excampeón del Giro, como mánager del equipo.
«Para un equipo como el nuestro, ganar aquí es fantástico. Estamos sobre todo para Fortunato, pero hay varios corredores italianos en nuestro equipo que quieren brillar. Es el tercer año de Davide con nosotros. Ganar en el Giro es algo precioso», comentó.
Por detrás, los favoritos se quedaron en un segundo plano, aunque Evenepoel esprintó en lo alto del puerto, sin conseguir marcar diferencias.
El ciclista belga, bien recuperado tras la doble caída sufrida el miércoles, había anunciado en la salida que no atacaría para «guardar fuerzas» antes de la contrarreloj de 35 km del domingo, que será la próxima gran cita de este Giro.
Pensaba más que sus competidores, especialmente el equipo Ineos, intentara una ofensiva.
«Pero las condiciones no se daban. Había mucho viento de cara y eso nos disuadió. No quisimos intentar nada», indicó el británico Geraint Thomas, uno de los líderes del Ineos.