Regional

En Barrio El Lobo esperan «visita» de las cuadrillas para el asfaltado

15 de mayo de 2023

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Este punto crítico para el tránsito de vehículos, piden sea reparado. (Foto Freddy Omar Durán)

Freddy Omar Duran

No obstante el avance en el plan de asfaltado, que se ha extendido por una zona de gran confluencia turística y deportiva como lo es Pueblo Nuevo, trabajo asumido por la alcaldía capitalina, también los sectores vecinos esperan se conduelen de sus vías, muchas de las cuales llevan años a la espera de una solución.

Por ejemplo, en la vía principal de Polígono de Tiro, el largo periodo de descuido ya cobra factura, y los vehículos que por allí pasan -no pocos-, siendo este un importante acceso al Complejo Deportivo de Pueblo Nuevo, deben tomar las precauciones pertinentes para evitar males mayores.

–Lo que han hecho aquí son «bañitos María» que no sirven para nada. Tememos porque se avecina la temporada de lluvias, y con una vía mojada y los huecos encharcados más de una mala sorpresa se pueden llevar los que transitamos por acá– afirmó Marisela Buitrago, quien paró su vehículo para plantearle al equipo reporteril de Diario La Nación la emergencia de su comunidad.

Pero si en Polígono de Tiro hay alguna esperanza en vista de lo avanzado del bacheo, muy cerca de allí, los vecinos del Barrio El Lobo son más escépticos, aunque no se cansarán de hacer los necesarios reclamos sea vía redes sociales, en las mismísimas oficinas municipales y/o regionales, o cuando un medio de comunicación se acerca por allá.

Con huecos por doquier, a los automóviles y las motos solo les resta bajar la velocidad si ya se conocen el hueco, porque si se les olvida o no andan precavidos, tendrán su tremendo sacudón, haciendo un estruendo que no pasa desapercibido en un lugar de relativa tranquilidad.

La calle 5 bis está en doble sentido, y debido a los enormes baches hay puntos donde el vehículo de bajada debe ceder el paso al de subida o viceversa; no obstante, si por alguna razón el conductor anda distraído o a gran velocidad, los riegos de un choque de frente no son pocos.

Con cierta “envidia” los residentes del Barrio El Lobo se han apercibido de los cuidados que en vialidad e iluminación se han consagrado a la vecindad en los alrededores del Estadio de Balonmano y la Universidad del Táchira, y quisieran que algo de esa buena suerte les correspondiera a ellos.

Pues si ya en el día los huecos son motivo para la preocupación, con la oscuridad de la noche a cuestas, los peligros se multiplican.

Como nos contó una pobladora del Barrio El Lobo, por su propia cuenta han intentado hacer algunos arreglos al alumbrado público, por cuenta propia, desafortunadamente poco duran. Lo preocupante es que los antisociales han reaparecido y hace una semana intentaron acceder a una vivienda, y por eso arreglar ese problema ahora viene a ser más urgente que nunca

Del gimnasio para allá hay lámparas LED que ellos mismos colocaron, pero de allí más abajo todo es oscuridad. Esta no es una vía cualquiera, por aquí se va al Hospital Militar, la UNET y el Hospital Militar— anotó una residente de Barrio El Lobo.

El mal estado de la vialidad se pone más crítico en donde precisamente la calle 5 bis se cruza con la carrera principal del Barrio Romero Lobo, con un alto índice de siniestralidad de las motocicletas, afortunadamente sin saldos fatales, pero sí de contusiones y sustos.

Allí una leve protuberancia hace las funciones de reductor de velocidad; más que eso es el preámbulo del desastre, con muchos baches en el que la loza de cemento está desprovista de asfalto.

Wilmer González no pocas veces ha tenido que salir de su negocio, cuando un golpe seco de un vehículo o el estallido de una motocicleta contra el suelo lo obliga a salir para ver qué ha ocurrido.

Que ese pedazo de vía sea tan evidente en sus daños, se debe a la acción destructiva de las aguas que con libertad pasan allí, y cuyo principal origen los vecinos lo han indicado en el Aeropuerto de Paramillo.

—Hay una pared que delimita con el aeropuerto, y cuando llueve el agua baja por ahí como una cascada, y termina todo esto como una inmensa laguna, que incluso se ha metido a las casas— acotó González.

Carlos Ochoa por su parte no esconde su decepción de que todos los días pasen incluso “camionetotas” de gente importante vinculadas a los gobiernos nacional y municipal, o convoy con personal militar, y no se hayan dado cuenta de la existencia de este problema y menos hayan intercedido por encontrar solución.

-Aquí se han producido accidentes, los carros se echan a perder, y hemos pedido de mil maneras que por favor nos ayuden, que si nosotros tenemos que echar la mano, o poner los obreros, lo hacemos. Hay que canalizar y hacer un estudio para ver de dónde proviene la corriente que tantas veces se desborda. Ojalá que nos colaboren porque nos tienen olvidados; mire todos esos postes en la carrera principal de Barrio El Lobo y ninguno sirve; yo puse unas lámparas fuera de mi casa para iluminar y se las llevaron— declaró con preocupación Ochoa.