El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, ha disuelto el Congreso del país en medio de una crisis política y acusaciones de corrupción. Lasso, quien enfrentaba un juicio político en la Asamblea Nacional por presunto peculado en contratos de transporte de petróleo, ha ordenado la celebración de elecciones anticipadas y ha pedido al Consejo Nacional Electoral que las convoque.

La Constitución establece que en un plazo máximo de siete días después de la publicación del decreto de disolución en el Registro Oficial, el órgano electoral convocará a elecciones legislativas y presidenciales para completar el actual mandato de cuatro años.

“Es una decisión democrática no solo porque es constitucional, sino porque le devuelve al pueblo ecuatoriano la posibilidad de decidir”, expresó Lasso en cadena nacional.

El impopular mandatario de derecha ha sido acusado por la oposición legislativa de presunta corrupción en contratos de transporte de petróleo y se enfrentaba a un juicio político en la Asamblea Nacional. Hasta la instalación de la nueva Asamblea Nacional, Lasso podrá gobernar expidiendo decretos-leyes de urgencia económica, pero previo dictamen favorable de la Corte Constitucional.

Con la disolución del Congreso, Lasso evita el juicio político. Esta es la primera vez que un mandatario aplica la denominada ‘muerte cruzada’, que puede ser ejercida una sola vez durante los tres primeros años del mandato.

En un país sumido en la violencia ligada al narcotráfico y el descontento popular por el costo de vida, la disolución del Congreso y la convocatoria a elecciones anticipadas abre un nuevo capítulo en la política de Ecuador.

Redacción web