Los cristianos celebran en el Pentecostés la Venida del Espíritu Santo, que tuvo lugar, según la Biblia, el quincuagésimo día después de la Resurrección de Jesucristo
María Teresa Amaya
Se llama Pentecostés al día “en que se cumplió la promesa de Cristo a los apóstoles de que el Padre enviaría al Espíritu Santo para guiarlos en la misión evangelizadora”.
Los siete sagrados dones influyen en nuestra vida y en la vida de la familia, en la formación de los hijos y en la paz del hogar, esta donación acerca de cómo analizar e internalizar los dones del Espíritu Santo, fue desarrollada durante un retiro en la iglesia Cristo Rey en Las Lomas en San Cristóbal, cuyo párroco es el padre Laureano Ballesteros.
Este domingo 28 de mayo, se celebra esta fiesta católica en todas las iglesias del mundo y se describe también como la venida del Espíritu Santo, el quincuagésimo día después de la Resurrección de Jesucristo.
Además de tratar los temas que el Catecismo de la Iglesia Católica presenta acerca del Espíritu Santo, la actividad con la asistencia de personas de distintos sectores del estado Táchira versó acerca de la influencia de cada don, si es practicado diariamente con fe y meditación, de esta forma lo relató el padre Ballesteros.
Don del Entendimiento: Se refiere no a un tema relacionado con la ciencia, matemática o geografía o política, como es natural. El entendimiento, es captar cuáles son los mensajes que Dios me envía, cómo entender mi vida de acuerdo a un plan de Dios.
“El hombre y la mujer bautizados tienen que vivir de acuerdo a un proyecto de Dios; pero eso hay que entenderlo y hay que entender los acontecimientos de la vida como las llamadas que el Espíritu Santo nos da para que respondamos desde lo más sencillo de la vida, como: hacer bien el trabajo, contestar bien a los vecinos en caso de una llamada por teléfono o ayudar a alguien que toca nuestra puerta, hasta las decisiones de cómo asumir una responsabilidad, seria y grave, por ejemplo: contraigo o no contraigo matrimonio, viajo o no viajo, hago que mi hijo se vaya al extranjero o que permanezca todavía en mi casa”.
El sacerdote resalta que una persona iluminada por el Espíritu Santo no toma decisiones alocadas, sino que piensa antes. Por eso, hay que pedirle al Espíritu Santo el don del Entendimiento para entender en cada situación lo que Dios pide y cómo responder correctamente a su voluntad.
El don de la Sabiduría: La sabiduría es la acumulación de entendimientos. Es decir, una persona que practica el don del entendimiento cada día y lo pide al Espíritu Santo se va formando como una especie de material acumulado, como si fuera un tesoro acumulado en un cofre. Esa riqueza acumulada se llama sabiduría y es la suma de lo que uno va entendiendo cada día.
El padre Ballesteros explica que el Espíritu Santo le dará a cada persona la sabiduría de cómo resolver un problema, cómo resolver una ayuda que me piden, cómo mejorar mi vida o cómo alejarme de personas que me están dañando mi paz interior y la alegría de amar a Dios y amar al prójimo.
“La sabiduría es la acumulación de información que uno logra por la práctica del Entendimiento diario. La sabiduría me permite recordar cómo he vivido, tener presente cómo debo vivir hoy y programarme para mañana. Por lo tanto, es un don que me permite tener un concepto global de mi vida de acuerdo al plan de Dios”, explicó.
El don de Ciencia: La ciencia es la habilidad que una persona desarrolla en una determinada área iluminada por el Espíritu Santo. Por ejemplo: si hay un profesor de universidad, su entendimiento y sabiduría lo tienen que conducir a que lo que enseña no contradiga la fe, no contradiga la biblia, no contradiga los principios que se han aprendido del catecismo.
Dijo el padre a la audiencia presente en el retiro: “La Ciencia es el arte de orientar mi vida y la vida de otras personas en consonancia con las enseñanzas de Dios, estimulación de conocimiento de Dios ya más profunda, ya tiene mucho más que ver con la palabra de Dios, con la biblia, con la tradición con las enseñanzas de los santos padres, con lo que la Iglesia llama el depósito de la fe, que es toda la acumulación de datos que están en la biblia”.
Don del Consejo: Es saber abrir la boca para orientar a otras personas, la biblia advierte que si un ciego guía a otro ciego, ambos caen en el mismo hueco. Entonces una persona que ha acumulado entendimiento, que sabe porque ha practicado la sabiduría que es la suma de entendimientos y la ciencia que se vuelve una línea de acuerdo al plan de Dios en nuestra vida personal, entonces puede orientar a otros porque ya tiene experiencia personal, sabe cómo ayudar a un joven en crisis, cómo aconsejarle, sabe cómo ayudar a una esposa que está golpeada por la infidelidad del marido, y otros temas que se presentan.
Entonces el hombre que tiene entendimiento, sabiduría y ciencia puede aconsejar. El Consejo es un don que el Espíritu Santo le da a personas y a su vez, es aconsejado él mismo por el Espíritu Santo, le puede pedir él mismo “Señor, qué hago en este momento” y se abren sus oídos a la voz de Dios.
Los siguientes tres dones tienen que ver con una relación mucho más personal con Dios.
Don de la Piedad: Es el gozo y la alegría de las cosas sagradas; es el saborear con alegría un rato de oración, disfrutar la misa, asistir a un retiro espiritual, leer la Biblia, oír cantos católicos religiosos, cristianos. La piedad nos permite contemplar la naturaleza y descubrir en ella las huellas de Dios, piadoso es el hombre o la mujer que sabe descubrir a Dios en su camino y que habla con él en la oración, en el canto, en la contemplación, en el amor que le rodea y transmite amor a los demás.
Don Temor de Dios: Temor aquí no es miedo, ante Dios no se puede tener miedo, si Él nos ama tanto, si Él nos llama sus hijos, si Él nos bautiza y nos da su Espíritu Santo, por qué vamos a tenerle miedo. La palabra temor de Dios quiere decir no ofenderlo por amor, el que lleva una vida correcta no ofende ni a Dios ni al prójimo, explicó el presbítero con detenimiento.
El temor de Dios consiste en no hacer cosas y pensar o decir cosas que van en contra del amor a Dios y el respeto que debemos a Dios. Temor a Dios es temor de ofender a quien tanto nos ama, en ese sentido sí se entiende.
Don de la Fortaleza: La fortaleza es la solidez en los principios, la solidez en los compromisos, la solidez en el bien obrar, la solidez en los horarios de oración, de silencio, de contemplación, la solidez en las decisiones que se toman y no caer en el pecado, sino mantenerse firme y fuerte, y si hubiera una caída levantarse rápidamente para poder seguir caminando por los caminos de Dios.
La fortaleza es energía en el corazón y también energía en el cuerpo para poder no sacarle la responsabilidad, esa la responsabilidad en que podemos dedicarle el tiempo a Dios, el tiempo al prójimo y el tiempo al crecimiento espiritual de cada uno.
Estos siete dones aplicados en la familia como se deberían vivir en el día a día, expresó el padre Ballesteros, y construyen “familias sólidas, familias firmes, familias bien orientadas según la voluntad de Dios, familias alimentadas con un espíritu de superioridad que logran enfocar su vida y su existencia por un camino que les da paz, que les da alegría y tranquilidad”.
El padre Laureano Ballesteros invita a todos los fieles a seguir viviendo los siete sagrados dones con amor y ser testimonio desde su propio hogar, sin dejar de orar y asistir a la santa eucaristía en ningún momento.