En un caso de abuso de poder, un funcionario del gobierno de la India, ordenó drenar por lo menos dos millones de litros de agua de un embalse solo para recuperar su celular, que se había caído cuando intento hacerse una selfie.

El inspector de alimentos dejó caer el teléfono cuando acudió al embalse de Paralkot con amigos para un picnic.

Pese a que el dispositivo cayó en una parte de la represa de solo tres metros de profundidad, varios lugareños intentaron rescatar el equipo por más de dos días. En vista de que les fue imposible, aconsejaron al funcionario drenar el agua para agilizar la búsqueda.

El sujeto consiguió el permiso oral del oficial de la la subdivisión del Departamento de Recursos Hídricos. Posteriormente, rentó una bomba diésel y sacó cerca de un metro de agua del depósito en un lapso de dos días. Al final, pudieron hallar el celular.

No obstante, tal acción conllevó a una reacción. Las autoridades calificaron de inaceptable lo hecho por el sujeto. Alegaron que no tenía potestad para drenar el embalse.

En consecuencia, el hombre fue suspendido de su cargo y su acción fue calificada de «mala conducta».

Esto además provocó que se le abriera un proceso disciplinario al oficial de subdivisión por conceder permisos verbales sin que altos funcionarios lo aprobaran.

Ambos sujetos podrían recibir sanciones más duras por haber provocado el derroche de tal cantidad de agua, sobre todo cuando en este momento la India atraviesa una de las olas de calor más intensas de su historia.

Redacción web