Muchos venezolanos han buscando espacio en el corregimiento colombiano

Jonathan Maldonado

En La Parada, por donde se mire, hay mototaxistas ofreciendo el servicio desde esta zona y hasta la ciudad de San Antonio del Táchira. “A 3 mil pesitos”, se escucha vociferar a los ciudadanos inmersos en el oficio.

El auge de este servicio en el corregimiento comercial neogranadino, se registró luego de la reapertura del puente internacional Simón Bolívar, el pasado 17 de febrero, el cual estuvo cerrado para el paso de vehículos por más de siete años.

Grupos de ciudadanos se han ido organizando para ofrecer un transporte a corta distancia y en vehículos a dos ruedas. Aunque los mototaxistas no están autorizados en Norte de Santander, en esta zona les permiten laborar sin inconvenientes.

“Yo estaba en una línea del lado venezolano y me salí para trabajar en este punto. Hago un poco más de ganancias al día”, recalcó uno de los mototaxistas, quien prefirió no ser identificado.

El joven reconoce que la reactivación del paso formal ha traído más movimiento para el gremio. “Todo puede disminuirse cuando pongan en marcha a los colectivos”, manifestó para luego soltar: “mientras, estamos aprovechando”.

Por el puente, a toda hora, pululan las motos. Muchos van con sus pasajeros en un trayecto que a veces puede verse interrumpido por los operativos de tránsito en el vecino país. Algunos no han adquirido el SOAT ni la tecnomecánica.

Otra limitante es que los conductores no pueden llevar parrillero hombre en sus motos. En La Parada, pasan desapercibida esta norma, pero más allá, pueden ser multados de llegar a ser interceptados o abordados por los funcionarios.

Se estima que más de 50 trabajadores se encuentran organizados en el corregimiento. La cifra va en aumento en una zona frecuentada, en su mayoría, por venezolanos que compran en esos locales y hacen sus transacciones en las diversas casas de cambio.