Familiares y allegados celebraron su existencia en su casa, ubicada en el barrio fronterizo de Pinto Salinas
Jonathan Maldonado
Ataviada en un vestido rosa pálido con flores marrones, Ana Rita Becerra recibió a los invitados que arribaron este sábado a su casa, en San Antonio del Táchira, para celebrar sus 101 años de vida.
Doña Ana Rita se ganó el título de la matriarca de la frontera. Es la de mayor edad en el eje San Antonio – Ureña, sin superar el récord de Juan Vicente Pérez, tachirense que recientemente festejó sus 114 años, con el sello del hombre más longevo del mundo.
En el corazón del barrio Pinto Salinas, la fiesta inició a las 6:00 p.m. Un arreglo con globos verdes, morados y fucsias — donde resaltaba el número (101) y una torta–, rodeaba a la ciudadana que nació un 10 de junio, pero de 1922.
Ana Rita vio la luz, por primera vez, en la parroquia rural Juan Vicente Gómez, en el municipio Bolívar. En esa época aún ‘El Benemérito’ ostentaba el cargo de presidente de Venezuela. De ahí, salió con 12 hijos, tras un arduo trabajo en el campo, para radicarse en la Villa Heroica.
De su docena de hijos, tres ya fallecieron. Además, tiene la dicha de contar con 17 nietos, 22 bisnietos y una tataranieta. A todos, cuando le piden la bendición, les contesta con un «Dios me lo bendiga».
Muchos la conocen por haber curado del ‘mal de ojo’ a cientos de niños. Su rol de partera también es reconocido por decenas de mujeres que, en su época de joven, fueron atendidas por ella.
Una corona adornaba su blanca cabellera. A veces, trataba de quitársela, pero sus hijas le insistían en que la ocasión lo ameritaba. Ella desistía y disfrutaba del agasajo y de las fotos.
Las generaciones se vieron reflejadas en las gráficas grupales. Niños, adolescentes, jóvenes y adultos mayores acompañaban a Ana Rita, quien representa la unión y el centro de la familia.
La frontera celebra a su matriarca, a la mujer que sobrepasó el siglo de vida. «No sufre de nada. Ya, por la edad, habla poco, pero de resto, todo bien, gracias a Dios», resaltaron sus hijas, quienes esperaban poder disfrutarla por muchos años más.