Nancy Porras
Con una eucaristía presidida por monseñor Luis Alfonso Márquez, se dio gracias a Dios, por el 65 aniversario de la casa Hogar San Pablo, regentada por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, ubicada en San Cristóbal, lugar donde dan abrigo a 87 ancianos.
Esta atención se ofrece en unas instalaciones, propias de la congregación y de la Diócesis de San Cristóbal.
— Gracias a Dios, al amor y caridad de estas religiosas, se ha podido mantener esta casa, considerado el geriátrico piloto de la Zona Occidental de Venezuela —, expuso el doctor Carlos Fuentes, coordinador de las casas hogares del estado Táchira y asesor jurídico de la Diócesis.
A su criterio, ha servido, también este ancianato como casa a sacerdotes cuando están en el proceso de recuperación de salud, otros para pasar sus últimos días de vida como sucedió con monseñor Francisco Cárdenas quien perteneció a esta Diócesis y falleció en este hogar.
Allí consiguió calor el destacado corredor de ciclismo Nicolás Reitler, hoy se atiende a la señora Eddy Marina Carrero, quien fue primera dama del estado, esposa del exgobernador Ron Sandoval, entre otras personas conocidas por los tachirenses.
— Las puertas han estado abiertas para médicos, abogados, profesores, agricultores, comerciante, gente de la calle, porque es una casa que no tiene distinción para nada, todos son bienvenidos, gracias a Dios y a esa caridad y calidad humana que son las religiosas — precisó.
Este jueves se celebró el Día de san Pablo y san Pedro, pilares de la iglesia católica.
Recordó que esta congregación regentó el geriátrico Padre Lizardo hasta que se hizo la fundación hace 14 años.
Agradecen el apoyo recibido por los medios de comunicación para hacer pública esta obra y el estado de necesidad que tienen algunos abuelos, porque no solo son los alimentos y medicamentos, a veces, la soledad lo mata, y qué bien, cuando alguien apadrina un abuelo para estar pendiente de conversar, oírlo.
Recordó, al padre Edgar Roa, cuando llegaba con un acordeón para la celebración de la misa y alegrar también la vida a los abuelos, hoy reside una hermana de este sacerdote tan querido por los abuelos de este hogar, dirigido por sor Olivia Cañaveral y que se ha convertido en un verdadero refugio para muchos.