Daniel Pabón | Caracas.-
“Hoy es el debate ‘Hablan los candidatos’ con aspirantes a la primaria”. Era parte de los titulares que leía Aníbal González en un grupo de WhatsApp de pensionados. Y era su entretenimiento mientras no avanzaba el tren de la línea 2 del Metro de Caracas la mañana del 12 de julio. No lo seleccionó para ampliar detalles. “Sí me enteré, pero no me interesa”, despachó antes de la estación Antímano.
Ahí se bajó un grupo de muchachos, con sacos ellos y con vestidos ellas, en dirección a la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). “Traje formal” decía la invitación al primer debate entre precandidatos opositores que esperan contarse el próximo 22 de octubre para elegir al abanderado de la oposición mayoritaria que rivalizará con el oficialismo en la elección presidencial de 2024.
“Si no están en la lista de invitados, no pueden pasar”, repetía uno de los vigilantes en la puerta peatonal de la UCAB. Los muchachos entraron, mientras rebotaban a un señor de unos 50 años que se veía muy interesado en escuchar a los ocho de los 14 precandidatos opositores que dijeron sí a una cita de este tipo, después de 11 años.
Sí. 11 años. Los más recientes habían sido los debates opositores previos a las presidenciales de octubre de 2012, uno de ellos, por cierto, también celebrado en la UCAB. La política venezolana se reencontró este miércoles con esta práctica democrática, tan buena para tomar decisiones de voto informado, que incluso es ley en otros países, pero que en Venezuela resulta más bien esporádica.
En la lista de acreditados para ingresar al Aula Magna de la UCAB se encontraban más de 100 periodistas nacionales e internacionales, autoridades universitarias, federaciones estudiantiles, integrantes de la Comisión Nacional de Primaria, representantes de los comandos de campaña, consultores y analistas políticos, parte del cuerpo diplomático acreditado en Venezuela, representantes de las 37 organizaciones sociales coanfitrionas del evento y observadores electorales nacionales.
Seis minutos antes de las 11:00 de la mañana, la hora de inicio pautada, el presentador Luis Carlos Díaz explicó que esto sería como un partido de fútbol: dos tiempos de 45 minutos con intermedio incluido.
En el Manual de Debate, que contiene las reglas acordadas para este juego, los precandidatos se comprometieron a hacer pases cortos, de un minuto y medio por cabeza. La cuenta regresiva en pantalla gigante se los recordaría.
En las gradas, decenas de rostros conocidos que a diario mastican la política venezolana en los medios y en las redes. Aunque cómo le costo a una parte de ese auditorio tomar asiento. Uno, dos, tres llamados de atención… y nada; la conversa previa parecía muy buena.
Con 23 minutos de retraso, se dio el pitazo inicial. Sobre los hombros del coordinador académico de la Escuela de gobierno Mercedes Pulido, el sociólogo Francisco Coello, recayó la principal responsabilidad de organizar el debate. “Debatir es la esencia de la democracia”, respondió de manera indirecta a quienes rechazaron asistir porque esto llevaría a la oposición a dividirse. Este, el alegato de Henrique Capriles, la ausencia más criticada de la jornada.
Concurrieron aquí un “ocho titular” compuesto por Andrés Velásquez (La Causa R), Carlos Prosperi (Acción Democrática), Freddy Superlano (Voluntad Popular), María Corina Machado (Vente Venezuela), Delsa Solórzano (Encuentro Ciudadano), Andrés Caleca (independiente), Tamara Adrián (Unidos por la Dignidad) y César Pérez Vivas (Concertación).
Se tardaron un poquito en salir tras el llamado, aparecieron en la tarima, se reubicaron en función del sorteo que ya habían adelantado en camerino, los presentaron y arrancó.
Primera pregunta: ¿qué tienen que decirle a Venezuela? En las respuestas, ganas de presentar propuestas de cambio, dedicatorias a los jóvenes venezolanos y promesas de que los migrantes regresarán a Venezuela.
Pregunta estilo examen final de Ciencia Política, la segunda. Ante cómo definen ellos el sistema de gobierno venezolano, Adrián dijo que controvertido, sí, pero no democrático. Prosperi ahora lo calificó de “autoritario”, semanas después de un video que se hizo viral en el cual Carla Angola le hacía la misma pregunta y rechazaba el uso del vocablo “dictadura”.
Lo usó Caleca, quien además teorizó sobre esta categoría sociopolítica, pero también le hizo coro Velásquez con el mismo término. Solórzano le agregó una sobrecarga de epítetos y Pérez Vivas la ubicó como una de las del siglo XXI. Para Superlano aquella palabra es un “piropo”, porque cree que es más que eso. Y Machado, entre tanto, habló de “tiranía”.
En la tercera ronda, las preguntas sonaron en las voces de distintos estudiantes universitarios. Entonces llovieron las ideas y promesas para el retorno de los muchachos que se han ido al resto del mundo. A Solórzano le faltó tiempo en esta respuesta, pero le sobró micrófono para prestárselo generosamente a Machado, hasta que por fin la organización se lo cambió porque el anterior le había salido defectuoso. “¿Me lo como?”, soltó la líder de Vente Venezuela cuando le dijeron que se pegara más a ver si mejoraba el sonido.
Mejor se escuchó la idea de Machado de “estabilización expansiva de la economía” al abrir fuegos con la pregunta económica del debate. Pérez Vivas y Velásquez apuntan a mejorar el salario y las pensiones. Adrián lo resume en desarrollo con inclusión. Prosperi recordó los actuales casos de corrupción. “Confianza”, quizás fue la palabra más repetida en esta ronda.
Después de 15 minutos de intermedio, y una prueba de sonido superada, cambió la dinámica para hacer esto, precisamente, más dinámico: con réplicas y comentarios a las dos primeras respuestas.
Debatieron entonces si el 22 de octubre elegirán a un candidato presidencial unitario o al próximo líder de la oposición. “Necesitamos estrategia, táctica y unión”, clamó Adrián, la primera precandidata presidencial transgénero de Venezuela.
Con prácticamente las 683 butacas del Aula Magna de la UCAB llenas y con más de 23.000 conectados en directo a YouTube, los ocho precandidatos concurrentes siguieron hablando de presos políticos. De entrada, todos prometen su liberación.
Para conectar con los desinteresados en la política, como el señor del Metro que pasó de largo el título de este debate, Pérez Vivas hasta juró demostrar con hechos su compromiso ético. Caleca dimensionó a este grupo: son el 60 % de la población que no simpatiza ni con unos ni con otros.
Claro que había que hablar de inhabilitaciones políticas y de estrategias partidistas antes de la despedida. Por lo menos tres de los precandidatos (Machado, Capriles y Superlano) lo están. “No hay un mecanismo diseñado” contra esto, confesó el tercero de esa lista. Y Machado volvió a decir que primaria, para ella, es sobre todo construcción de fuerza ciudadana “hasta el final”.
Y llegó el final… tras dos horas y media de debate. Porque esto se extendió a tiempo complementario. Se abrazaron y se alzaron las manos (casi todos). La gente, entonces ya levantándose para salir, deliró en aplausos. Tienen sed de unidad, como tenían de debate.
Fuera de la UCAB se abre un país político que hierve luego de la disolución del Consejo Nacional Electoral y las nuevas inhabilitaciones. ¿Qué van a hacer estas mujeres y hombres de la política? Caleca confesó que, mientras esperaban en camerino, acordaron analizar todos los peligros, todos los escenarios, y procurar dar una respuesta conjunta a los venezolanos.
Y, como en los mejores momentos de un partido, aquí va este cierre que disparará un gol verbal por precandidato (en el mismo orden del sorteo):
Velásquez: “La oposición ha sido errática en su toma de decisiones”.
Prosperi: “Si no salimos a votar en 2024, lamentablemente nuestros hijos no regresarán a casa”.
Superlano: “Hay que cerrar de una vez por todas el Helicoide, convirtiéndolo en un museo”.
Machado: “Esto (la primaria) hay que ganárselo, y ganárselo a la fuerza”.
Solórzano: “No hay posibilidad de desarrollo económico en socialismo”.
Caleca: “Tienen (el gobierno) todo el poder, pero ya no tienen votos”.
Adrián: “Hay que generar la coalición interna y de los países que nos apoyan para evitar la hipótesis Nicaragua, en la que todos somos barridos”.
Pérez Vivas: “Soy el gocho número ocho que va a ser presidente de Venezuela, y hoy me tocó aquí el número ocho”.