Wimbledon, Reino Unido (AFP) El vigente campeón, Novak Djokovic, se clasificó el viernes para su novena final de Wimbledon, y 35ª de un Grand Slam, al eliminar sin dificultades en semifinales al italiano Jannik Sinner, 15 años más joven que él, por 6-3, 6-4 y 7-6 (7/4).
El serbio, que busca levantar por octava vez el trofeo de Londres, igualando el récord del ya retirado Roger Federer, se impuso al número ocho del mundo en dos horas y 46 minutos y jugará la final contra el español Carlos Alcaraz o el ruso Daniil Medvedev.
Sinner, de 21 años, ya se había enfrentado a Djokovic en Wimbledon el año pasado, donde en cuartos de final le ganó dos sets de entrada antes de que el serbio realizase una impresionante remontada.
Este año el italiano había asegurado sentirse más seguro con su juego y afirmó que sería «un partido diferente» porque ambos tenistas se conocen ahora mejor.
Pero la pista central del All England Club vivió un partido de una única dirección, en que el italiano, pese a empezar atacando con mucha energía, pronto se encontró luchando por mantener la cabeza fuera del agua.
Sinner chocó con el muro levantado por el serbio, número dos del mundo a sus 36 años, que insistentemente devolvía todos los golpes hasta que su adversario se veía abocado al fallo.
Desde el segundo juego el italiano encadenó varios errores no forzados y sufrió su primera rotura.
Sinner lo intentó todo para recuperarse, acelerar el ritmo con rápidos derechazos, desbordar la defensa del serbio con ángulos imposibles, restar con profundidad y sorprender con sus passings.
Pero aunque en algunas ocasiones empujó a Djokovic al error, este siempre respondió presente en los puntos claves y se apuntó el primer set en solo 40 minutos.
– La edad no es un factor «decisivo» –
En la segunda manga, la presión del serbio, una doble falta y dos errores forzados volvieron a sentenciar un quiebre al italiano.
Pese a recibir en el cuarto juego una penalización por «obstaculizar» («hindrance» en inglés) tras lanzar un grito demasiado fuerte y, poco después, una advertencia arbitral por superar los 25 segundos para el saque, Djokovic, visiblemente irritado, no perdió la estabilidad ni el servicio.
«Eso podía haber cambiado el curso del partido, me sentí muy nervioso tras la advertencia del árbitro pero logré controlarlo», admitió después del campeón.
Tampoco en el sexto juego, cuando Sinner lo sacó de la pista con un derechazo muy abierto antes de rematar con una volea, se desconcentró el serbio, que se apuntó la segunda manga en 59 minutos.
En el tercer juego del tercer set, el italiano salvó tres puntos de rotura, comenzó a defender mejor y a atacar más.
Pero no logró aprovechar dos puntos de quiebre en el décimo juego para llevarse la tercera manga y terminó en un tie-break sentenciado por la experiencia del serbio.
«El tercer set podría haber sido para él, falló algunos golpes y me permitió ir al desempate», afirmó después el serbio, considerando que Sinner «demostró por qué es uno de los líderes de la próxima generación» de tenistas.
El serbio aseguró que le «gustaría creer» que sus 36 años está jugando su mejor tenis.
«Prefiero no mirar la edad como un factor decisivo», dijo, «los 36 son los nuevos 26». «Siento mucha motivación y estoy inspirado para jugar el tenis que amo»… «tanto tiempo como pueda».