Los abuelos de la Casa hogar San Pablo aún no consiguen las manos caritativas que les permitan ver reparada la estructura del techo, de dos pasillos, paso diario obligatorio para la mayoría de los ancianos a fin de llegar al comedor.

Nancy Porras

El problema data desde hace tiempo, pero se complicó durante el mes de junio por los fuertes vientos que se hicieron sentir en el municipio San Cristóbal, el detonante para que se desprendieran más láminas de policarbonato, material que además de costoso está muy escaso.

Se requiere de una mano especializada por la altura del techo, representando un peligro para quienes asuman la responsabilidad de repararlo.

Arreglar ambas estructuras es hablar de muchos dólares, recursos que no tiene esta institución que por 65 años ha dado abrigo a los ancianos del estado Táchira.

Esto constituye un peligro para los ancianos, que además de mojarse cuando está lloviendo, la humedad del piso puede hacer que resbalen y sufrir una caída que puede traer incluso serias consecuencias en su salud.

El doctor Carlos Fuentes, consultor jurídico de la Diócesis de San Cristóbal y asesor de las casas hogares de estado Táchira, junto a la madre superiora, Olivia Cañaveral, ha pedido ayuda a las máximas autoridades para poder reparar el techo y así estar más tranquilos con los abuelos, personal que labora en el lugar y las religiosas.

Además urge reparar los bajantes del techo de la cocina, que están dañados por la humedad y causan un deterioro importante en la estructura de la casa hogar donde hay un ambiente impecable y se siente una paz única.

Hoy se atienden 67 abuelos y hay cuatro más que esperan entrar al ancianato, pero están en el proceso de hacerse exámenes médicos para saber a ciencia cierta cuál es su estado de salud.

En una visita hecha en el mes de diciembre por el alcalde de San Cristóbal, Silfredo Zambrano, habló de ayudar al ancianato, sobre todo por el problema de los bajantes. Sin embargo, pasa el tiempo y la situación sigue igual en esta casa hogar, que espera una ayuda para estar tranquilos a la hora de brindar atención a los ancianos que necesitan alimentos, compañía y afecto.

El llamado es para las máximas autoridades del estado a fin de que ayuden a reparar las fallas de este geriátrico.