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Anderson “Burrito” Arias todavía no piensa en colgar las botas

24 de julio de 2023

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Reinaldo Mora *

Nacido en Palo Gordo, formó parte de dos estrellas con Deportivo Táchira, luego pasó por Monagas y Margarita antes de ir al fútbol de República Dominicana, donde permaneció por ocho años. Por asuntos personales regresó al país

Cuando escuchan el nombre de Anderson Arias, los seguidores del fútbol venezolano y tachirense lo relacionan con República Dominicana, donde muchos venezolanos han hecho vida en la liga del país caribeño.

“En República Dominicana me sentí bien, gracias a Dios dejé un nombre. Hice 47 goles en siete temporadas, siendo el máximo goleador histórico de la Liga Dominicana de Fútbol (LDF) hasta este año que me superaron (el haitiano Daniel Jamesley)” dice el reconocido futbolista conocido en la jerga futbolística como Anderson “Burrito”.

Todavía con la posibilidad de seguir jugando en la LDF, y con otros proyectos por delante, tuvo que regresar a su tierra por una situación familiar.

Previamente antes de llegar a Venezuela, en enero de este año, pasó por un episodio incómodo en el aeropuerto El Dorado en Bogotá, Colombia, donde estuvo retenido por migración durante tres días porque su pasaporte se encontraba “deteriorado”.

Anderson Arias entrenando a un niño en su centro de rendimiento

“Me vine a Venezuela más que todo por problemas personales y psicológicos por el tema de mis padres. En 2018 perdí a mi padre y no pude venir, y el año pasado perdí a mi madre y tampoco pude asistir. Pasé por un declive donde tuve que ir a un psicólogo, y la decisión fue regresar a mi país”, lo recuerda, y en su voz se escucha la tristeza.

A Arias, ya con 36 años, se le consultó sobre si ya era el momento de colgar las botas:

“No vine en son de jugar. Obviamente si se me presentaba la oportunidad, la iba a tomar. La única que quería era jugar con Deportivo Táchira, y así despedirme con Táchira, pero no se me dio la oportunidad. Tampoco la descarto”.

Su último partido con el Carrusel Aurinegro fue en Pueblo Nuevo el 27 de mayo de 2012 ante Yaracuyanos. En el nueve veces campeón de Venezuela anotó 31 goles en más de 100 partidos.

“Pienso que no he colgado los tacos todavía. Me siento joven y con muchas ganas de terminar una temporada, por lo menos completa. Será lo que Dios me ponga en el camino”.

Se mantiene en forma jugando torneos aficionados.

Promoviendo el deporte en su comunidad

Al no estar en actividad a nivel profesional, “Burrito” Arias tenía pensado en crear una escuela de fútbol en Palo Gordo, municipio Cárdenas, lugar donde dio sus primeros pasos en este deporte. Pero ya existen tres escuelas, lo cual lo motivó a buscar otra alternativa, abrir su propio centro de entrenamiento, ubicado en la avenida 19 de Abril. Sin embargo, sigue ligado a la comunidad con la organización del “Torneo Palo Gordo” en la cancha La Machirí, ubicada en el sector La Toica, que cuenta con la participación de dos categorías: la libre, de nueve equipos, y la de veteranos, conformada por diez. Entre los dos torneos, hay 15 equipos que son compuestos por jugadores de la comunidad. Actualmente se encuentra el torneo en la fase de grupos.

“El torneo tenía más de 10 años que no se jugaba. Si llego a armar el torneo interbarrios, se va a llamar Javier Henao ‘Pichinga’, quien preparó a siete chamos que salimos de ahí de Palo Gordo para ir a probar en Fundación Atlética San Cristóbal, y se lo merece”.

Junto al encargado de la cancha, Arias ha ido recuperando las instalaciones, que incluso se vieron afectadas en 2021.

“Poco a poco empezarán a llegar los patrocinadores, amigos y gente de la comunidad que me comenzarán a apoyar. Dios quiera podamos arreglar otras cosas como la iluminación, las tribunas y el cercado” dice el afamado jugador Anderson Arias.

“Mi idea a futuro no es solo organizar torneos veteranos y libres, que también vengan los niños, que sea algo grupal, completo. Que no sean solo los mayores, sino que los niños también compartan en la cancha”.

Arias tenía planificado hacer un torneo de este tipo en República Dominicana, en la localidad de Puerto Plata, donde tuvo la oportunidad de jugar con el equipo Atlántico Fútbol Club. Allí hizo amistad con Engelberth “Chispa” Briceño, venezolano que pasó por equipos como Estudiantes de Mérida y Trujillanos.

“La idea era armar un torneo allá y una escuela de fútbol. Aparte de mis circunstancias familiares que se me presentaron, no había apoyo de los entes gubernamentales”. /*Pasante ULA