Orlando León, quien reside en el barrio El Carmen, desde hace más de 60 años, y aunque sus quejas sobre los servicios básicos no son distintas al pronunciamiento del sancristobalense en general, sí considera que dejar al descuido las vías no resulta tan soportable como el resto de vicisitudes, pues estas van en detrimento de los vehículos que pasan por allí.
—En ese sitio se hizo el empotramiento para las aguas negras del complejo habitacional de la Misión Vivienda, que se quedó sin construir. Ahí nos repararon algo de la calle, pero eso se ha venido hundiendo. Usted también puede ver que en la acera quedaron abandonadas algunas de las vigas que iban a ser usadas en la construcción— afirmó León.
Para León, el estado actual de las vías desmerece mucho de lo que ha significado el barrio El Carmen para el complejo capitalino, siendo una zona de gran movimiento comercial, aunque sus límites son extensos –desde el Colegio de Abogados, al oeste, y un poco más allá del Supermercado La Gran Parada, hacia el sur-, antes abarcaban mucho más de lo que hoy es La Concordia.
—No hay barrio más bonito que el barrio El Carmen. El problema de la luz es, más o menos, el que sufren los sancristobalenses, y por el agua no hemos penado mucho. Pero, sin duda alguna, esto era muchísimo mejor antes; aunque esto es muy sano, gracias a Dios y a María Santísima. El Señor ha sido muy benévolo con nosotros, con el asunto del agua— agregó León.
Ríos pluviales
Las lluvias volvieron, y si para muchos puede ser una gran noticia, para los residentes de la carrera 10 bis, que se enrumba por una de las rutas hacia la Unidad Vecinal, representa dolores de cabeza.
La empinada vereda se transforma en un inclemente río, lo que afecta ciertamente a la misma, ya visiblemente desgastada; pero más a las viviendas, colindantes. Aunque al final la corriente pluvial va a desembocar a un hueco de alcantarilla más abajo, en el curso alcanza a inundar a casas a nivel más bajo de la vía.
—Acá deben colocar una alcantarilla. Nosotros nos vemos muy afectados, pues el agua se nos mete en la casa, nos daña los muebles y nos pone a correr, para luego sacarla. Tenía tiempo que no llovía tan fuerte; pero ya estamos padeciendo los resultados de este invierno, que parece va a durar y nos va a traer otra vez dolores de cabeza— denunció una vecina del lugar que prefirió no identificarse.
Freddy Omar Durán