“Me gusta que los versos rimen, basándome en una lectura completa de la historia de un personaje, institución o acontecimiento”
Norma Pérez
De uno de los ochos nietos que tiene María, fueron los cuadernos que se apilan en la mesa de la sala de su casa, y que muestra con orgullo. En las páginas sobrantes de los apuntes de algún año escolar olvidado, ella escribe sus poemas; además de guardar los de otros autores que admira.
“Aprovechaba las hojas no utilizadas de los cuadernos de mi nieto para escribir los versos. Tengo varios con muchas poesías. Junto a las mías, están las de autores por los que siento predilección. Es una recopilación de años, que guardo como un tesoro preciado”.
Esta rubiense fue bautizada con el nombre de María de Los Ángeles Hernández Hernández, hace setenta y cinco años. Después de trabajar más de un cuarto de siglo como maestra, se retiró de las aulas, pero no de lo que brinda alegría a su vida. Además de declamar los poemas de su autoría, le encanta bailar, cantar y en ocasiones actuar.
“Desde que estudiaba cuarto grado de primaria, los profesores me escogían para que recitara a la bandera el lunes cívico. También me gusta la música venezolana y la danza”.
En sus recuerdos más gratos, está el paso por la enseñanza con niños de educación básica, una experiencia que no cambia por nada.
“Me gustaba interactuar con los alumnos, cantaba con ellos, realizaba numerosas dinámicas que hacía el aprendizaje ameno y entretenido. De niña tuve un cuatro, y de ahí nació mi gusto por la música, que después les inculcaba a mis estudiantes”.
En su hogar, también sembró el amor por la docencia. Todos sus hijos escogieron esta carrera, aunque actualmente algunos de ellos, por diversas circunstancias no la ejercen.
La historia como inspiración
“El primer poema que escribí, para que una niña lo leyera durante un acto cultural, se llamó ‘Junín, nombre de Batalla’. Siempre me ha interesado la historia. En la escuela, era coordinadora de la Sociedad Bolivariana. Me llama la atención la vida de Simón Bolívar”.
Previo a su acción creadora, María Hernández inicia una indagatoria sobre el personaje o tema escogido. Busca datos para documentarse. Acude al sitio con el propósito de descubrir detalles. Todo lo que pueda alimentar su inspiración.
“En la época de mayor crisis en Venezuela, cuando no nos alcanzaba ni para comprar los alimentos, indagué sobre la historia del Santo Cristo; me pareció muy espiritual y hermosa; tanto, que me animé a escribirle un poema”.
Estos son algunos fragmentos:
“Desde muy lejanas tierras, nos llegó un escultor, fue el fraile Don Francisco, a tallar al redentor. Su cuerpo fue tallando, de la noche a la mañana. En un tronco de madera, hizo su figura humana…”
“…el Táchira se engrandece con tener un gran patrón, al Jesucristo de La Grita, orgullo de la nación. Por mesetas y valles, por el paisaje andino, cada año lo visitan devotos y peregrinos. Y él con sus brazos abiertos, nos alienta y nos da paz ¿Jesucristo será blanco, o de color moreno? Que viva el pueblo de La Grita, por tener al Cristo Sereno”.
Hace ocho años, quiso rendir homenaje a Simón Bolívar; dedicó parte de su tiempo a investigar sobre este personaje que le apasiona por haber dejado una huella indeleble.
“Quise escribir sobre la Campaña Admirable, y después de recopilar la información comencé el proceso creativo. Me gusta que los versos rimen, basándome en una lectura completa de la historia de un personaje, institución o acontecimiento”.
Con una memoria envidiable, comienza a declamar “Bolívar Libertador”, con la entonación adecuada, aunque explica que cuando lo hace en público, siempre tiene un fondo musical:
“Con sus hombres muy leales, Girardot y Campo Elías, Urdaneta y los Picón, Ricaurte y José Félix Ribas, Bolívar amó a su patria, que no se quiso rendir, con ese bello objetivo de luchar hasta morir.
“… el pueblo lo proclamó, dándole la bienvenida y rindiéndole honor, donde recibe el título, Bolívar Libertador.
Hace varios años, el cronista de Junín para ese entonces, Jesús Acevedo, le propuso publicar un libro con su poesía, pero lamentablemente falleció y solo quedó el proyecto sin realizar.
“Siento bonito”
El espíritu ingenuo de María derrocha felicidad cuando aplauden sus presentaciones. Así lo dice, y agrega que para complementar, al concluir la declamación, entona una canción.
“Al finalizar mis versos, interpreto una canción, porque también me gusta cantar. Esa es mi vida. Todas estas manifestaciones me llenan y siento bonito”. Su felicidad radica en la compleja simpleza de existir.
Se reúne con un grupo de profesores jubilados donde comparte en tertulias y actividades culturales. Recientemente representó a La Chilindrina, en una parodia que hicieron con los personajes de El Chavo del Ocho. También, en diversos escenarios, donde se ha hecho merecedora del aplauso y el afecto del público.
“Me siento feliz, porque, cuando recito, la mayoría de las personas me aplauden. Percibo la alegría de la gente y eso me da más fuerza de continuar”.
Aquellas hojas blancas de cuadernos usados, encierran, además de los trazos infantiles, el trabajo original de María de Los Ángeles; quien con la energía intacta y una memoria que nada olvida, continúa hilvanando sueños y planes a los que no pone plazo.
Sonríe y baja la voz, como cuando se cuenta un secreto, para develar uno de sus anhelos: “Si mi candidata llega a la presidencia de Venezuela, le escribiré un poema”.