Los feligreses, mujeres, hombres de todas las edades, e incluso niños, comenzaron a peregrinar desde muy tempranas horas. Unos cantaban, otros oraban. Muchos llevaban banderas de la iglesia y de la Virgen, algunos exhibían rosarios, estampitas, imágenes y franelas alusivas a la patrona de los tachirenses. La mayoría de los devotos caminaron para suplicar por la salud de sus familiares y la de ellos mismos, por Venezuela y los migrantes.
José Luis Oliveros, peregrina desde hace más de 11 años caminando de San Cristóbal a Táriba con su familia como una muestra de agradecimiento y devoción. El y su hijo visten de Nazareno, como parte de una promesa.
Pide a la Virgen de la Consolación de Táriba salud para su familia y por el país. “Le pido salud para mi familia. Bienestar, sabiduría, inteligencia, y paciencia para seguir adelante. Deseo trabajar y que en Venezuela se abran las puertas con la bendición de Dios y la Virgen Santa para que sigamos adelantes todos juntos”.
Victoria Guillen, vive en El Corozo, municipio Torbes, y este martes, 15 de agosto, asistió a la misa pontifical en honor a Nuestra Señora de la Consolación. Tener que movilizarse en silla de ruedas y haber perdido una pierna no impidió que cumpliera su promesa: Estar presente en la eucaristía. Agradece a la Virgen haber superado una enfermedad y continuar con vida. A pesar del impedimento físico, es devota.
Su hija Virginia Carrillo, le ayudó porque, desde hace años lo tienen como una tradición y muestra de fe. “Que nos mantenga con salud, nos permita seguir disfrutando a pesar de su incapacidad a nuestra mamá que ya son 87 años que tiene. Es una madre muy guerrera, luchadora, y aún en su estado sigue siendo ejemplo de esperanza y fortaleza para cada uno de sus hijos”, dijo Virginia.
José Luis Pérez, es habitante de Monte Carmelo, una aldea del municipio Andrés Bello, cerca de Cordero. Desde esa localidad caminó junto a un grupo de amigos. Este joven se caracterizó por llevar una estructura de madera similar a una capilla con una imagen de la Virgen adentro.
Afirmó que desde hace cinco años peregrina su comunidad hasta La Perla del Torbes, porque la Virgen de la Consolación le ayudó con una intervención quirúrgica que le practicaron hace 5 años, 5 meses. “Ahora le sigo pidiendo por la salud mía y la de mi familia, por su mamá y su papá”.
Yolimar Leal: es madre de una niña con microcefalia llamada María José de 9 años, Durante ese mismo tiempo peregrina con mucha devoción a la Virgen a pedirle por su pequeña. Le pide que la sane. Asegura que ha mejorado mucho gracias a la madre de Jesucristo. “Ella tenía una patología que no iba a caminar, a moverse, ni a ver, ni a escuchar. Y ella tiene su oído perfecto. Pelea, grita, me dice mamá”, comentó y dijo que necesita hacerle muchas terapias, pero no se las puede hacer porque son pagas. Aquellas personas que quieran ayudar se pueden comunicar al número 04247295110.
Zulimar Rincón Cárdenas, también camina todos los años con su familia. Viven en un sector de Rubio y caminaron desde Lagunillas, municipio Junín. El niño menor viste de Nazareno porque así se lo prometieron a la Virgen de la Consolación cuando el niño enfermó por una bacteria, hace seis años. “El entró al Hospital Central por una hernia y agarró una infección en el hospital y se puso complicado. Pedimos con devoción y ofrecimos esta promesa. Ya tenemos 6 años viniendo”. (Bleima Márquez)