Regional
Monseñor Moronta pidió por niños y migrantes víctimas de mafias
16 de agosto de 2023
Por Bleima Márquez | Foto: Tulia Buriticá
Aunque monseñor Mario Moronta, obispo de la Diócesis de San Cristóbal, no presidió la misa Pontificial en honor a la Virgen de la Consolación de Táriba, patrona del Táchira, sí emitió un mensaje al finalizar la eucaristía en el que pidió por los migrantes y ayuda para construir la paz en Venezuela, Colombia y el mundo.
«Te pedimos desde este Táchira querido que en Venezuela, en Colombia, nuestra hermana, y en América y el mundo se construya la paz. Eres consoladora de los afligidos. Con la seguridad de que nos escuchas, también te queremos pedir por quienes afligen a nuestra gente y pueblos».
Moronta también suplicó a la flor más bella de la Perla del Torbes para que «podamos superar todo aquello que nos pueda dividir o enfrentar innecesariamente, causando rabias, odios y desesperanza».
El Obispo del Táchira también imploró por cambios de corazón de quienes se dedican a actividades criminales y abusan de los vulnerables. Por quienes venden niños y otros seres humanos.
«Te pedimos que toques el corazón de quienes abusan de los hermanos, en especial de los más pequeños y vulnerables, por quienes venden niños, adolescentes y jóvenes para la prostitución o para colocar sus órganos en un mercado sucio e inhumano. Recordemos que ningún niño, ningún ser humano que es hijo de Dios está a la venta del mejor postor».
Los migrantes también estuvieron presente en las oraciones del Obispo de San Cristóbal. «Te pedimos por quienes en tantas partes esclavizan a migrantes en los campos de concentración para ser manipulados, convertidos en obreros de sus maldades y para enriquecerse vilmente. Por los así mal llamados coyotes, que junto con grupos de personas que se dicen de bien, venden paquetes de miseria y opresión a gente incauta y necesitada, por quienes se dedican a la corrupción y piensan que ese es el estilo de vida que ha de imponerse».
Así mismo, pidió por los dirigentes políticos, sociales, religiosos, laicos, sacerdotes, que «lamentablemente desde la acera de enfrente no son capaces de caminar con el pueblo al cual deben servir, sino que se valen de él para sus prebendas y privilegios. Te pedimos por quienes se dejan llevar del egoísmo y prepotencia que crea división y exclusión, por quienes se olvidan que ningún niño, adolescente, joven, adulto o anciano se olvidan de que son hijos de Dios y como ya te lo pedimos y dijimos, no entienden que ninguno de ellos está en venta al mejor postor».