EL DATO
Ciudadanos quemaron varios cauchos para dispersar las abeja
Jonathan Maldonado
Cerca de las 6:00 p.m. de este jueves 6 de septiembre, el pánico se apoderó de los habitantes de la parte alta del barrio Simón Bolívar, en San Antonio del Táchira, luego de que un enjambre de abejas empezara a atacar a decenas de residentes.
Muchos corrían despavoridos en busca de un refugio dentro de alguna vivienda o habitación. «Mis nietas me encerraron en mi cuarto y no me permitieron salir hasta tanto no se calmara todo», resaltó Alicia, de 75 años.
Mientras llegaban los bomberos, vecinos trataban de socorrer a los más afectados. «Mi hermana estaba en medio de la calle, tratando de zafarse de una docena de abejas que la estaban picando», narró un mototaxista.
Los gritos de auxilio se escuchaban a cada momento. Al arribar los funcionarios bomberiles, iniciaron las labores de socorro de las personas. En ese momento, un grupo de siete ciudadanos ya había sido trasladado, en carro particular, al hospital Dr. Samuel Darío Maldonado.
En ambulancia, otras cinco personas fueron llevadas al centro de salud de la frontera, donde las atendieron el equipo de médicos y enfermeros de guardia. En ese ínterin, algunos habitantes se las ingeniaron para dispersar las abejas con el humo generado por el caucho quemado.
-Quemamos un aproximado de cinco cauchos -detalló el mototaxista, quien siempre estuvo provisto de un casco y de sus guantes para evitar que las abejas lo atacaran-. Igual sufrí varias picaduras.
No todos fueron al hospital. A las instalaciones sanitarias entraron los que registraron mayores picaduras de los insectos. «Con otro vecino, logramos sacar a una señora, de aproximadamente 74 años, quien fue una de las más perjudicadas. Vomitó en varias oportunidades», narró el conductor del servicio de transporte a dos ruedas.
El calor pudo haber alborotado el enjambre. Sin embargo, no hay una causa comprobada aún. Los bomberos acudieron este viernes para estudiar la manera más idónea de retirar los panales que hay en algunas de las casas.
«Primera vez que vivimos un susto de este tipo», manifestó otro vecino aún con el pánico avivado en su humanidad, ya que jamás había presenciado un escenario parecido. «No sabíamos qué hacer. Nada las calmaba», acotó.
«Me picaron 60 abejas»
Édgar Hernández pensó que no sobreviviría. Alrededor de 60 aguijones fueron extraídos de su cuerpo mientras era atendido en el hospital de la frontera. «Me comencé a hinchar, vomité y me dio diarrea», contó todavía aquejado por las picaduras.
Fue tanta la desesperación de Hernández durante el ataque de las abejas, que al ver un tanque con agua en la casa vecina no dudó sumergirse en ese gran recipiente. «Pensé que iba a morir», aseguró.
Con el cuerpo empapado, empezó a correr por la vía que conduce a Cristo Rey. Un mototaxi lo auxilió y lo llevó hasta el hospital. «Fui el primero en ingresar», aseveró a Diario La Nación, ya desde su casa y con ciertas partes de su cuerpo inflamadas. «Sigo con el tratamiento que me enviaron», añadió.
Los vecinos esperan que el susto no se repita. «No sabíamos qué hacer «, reiteraron. Los bomberos también se vieron afectados por las picaduras. Una muchacha, en casa por cárcel, recibió el permiso de la Fiscalía para ser trasladada al hospital, pues también presentó varias picaduras de abejas. El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) la custodió.