La Habana, Cuba | AFP | La cumbre del G77+China concluyó el sábado en La Habana con un llamado a la «unidad» para tener peso frente a los países ricos, y el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva pidió reforzar las «reivindicaciones» en las áreas de tecnología digital y transición energética.
«La gobernanza mundial sigue siendo asimétrica. La ONU, el sistema de Bretton Woods y la OMC están perdiendo credibilidad. No podemos dividirnos», declaró el presidente brasileño al participar en la cumbre de dos días.
Para Lula da Silva, las «dos grandes transformaciones en curso» son la «revolución digital» y la «transición energética».
Estas áreas «no pueden ser modeladas por un puñado de economías ricas, reeditando la relación de dependencia entre el centro y la periferia», remarcó.
«La emergencia climática nos impone nuevos imperativos, pero la transición justa nos brinda oportunidades», dijo el jefe del Estado brasileño.
Al iniciar el cónclave el viernes, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, cuyo país ostenta la presidencia rotativa del grupo desde enero, pidió un «cambio en las reglas del juego económico internacional», que calificó de «hostiles al progreso» de los países del Sur.
El G77+China, integrado por un centenar de países de Asia, África y América Latina que representan el 80% de la población mundial, fue creado en 1964 por 77 países, pero después se amplió a 134 naciones. China participa como actor externo.