A bordo del avión del papa, Francia | AFP | El papa Francisco ofició este sábado una multitudinaria misa al término de una corta visita a Marsella (sureste de Francia), desde donde llamó a Europa a la «responsabilidad» con los migrantes y denunció el «fanatismo de la indiferencia».
A bordo de su papamóvil, el pontífice argentino fue acogido entre aplausos de los miles de fieles presentes –la organización esperaba casi 60.000– y gritos de «Papa Francesco», a su llegada al Estadio Velódromo tras recorrer las calles de la ciudad mediterránea.
«Buenos días Marsella, buenos días Francia», dijo el jesuita de 86 años a los presentes, entre ellos el presidente francés, Emmanuel Macron, su esposa, Brigitte, y la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde.
La liturgia, en la que se leyeron plegarias en varias lenguas entre ellas español, armenio y árabe, concluyó un viaje de dos días a la segunda ciudad de Francia, con motivo de la clausura de los Encuentros Mediterráneos entre jóvenes y obispos de los países ribereños.