Nacional
En «la nueva Tejerías» las señales del alud torrencial siguen dominando el paisaje
10 de octubre de 2023
A un año del deslave que dejó al menos 54 muertos en Las Tejerías, Aragua, los habitantes siguen limpiando las casas que dejó el desastre y viven junto a sus vecinos y familiares, «en refugios solidarios»
La entrada al pueblo de Las Tejerías, en el estado Aragua, está vigilada por militares. El 8 de octubre del 2023 se cumplió un año del alud torrencial que dejó un mínimo de 54 muertos y decenas de desaparecidos y el Gobierno nacional reconstruye solo la entrada de la ciudad.
«La nueva Tejerías: ciudad de paz» reza en la nueva plaza y en los tres edificios de la Misión Vivienda, pintadas de varios colores, y decoradas por una estatua del expresidente Hugo Chávez Frías. A los alrededores se ve un hospital y un pequeño Mercal (de la Misión Mercado de Alimentos del año 2003), pero no dejan la entrada a ningún civil.
Los militares solo dejan ver la fachada. Vigilan quién entra y sale del pueblo.
– Tardamos 8 meses en armar todo esto. Es lo único que nos mandaron a hacer. Hasta ahora no hay más obras —dice Franklin Martínez, uno de los obreros de la zona en construcción, mientras raspaba la pintura de la plaza Los trabajadores—. Cerca de 36 apartamentos están en esas Misión Vivienda, pero allí no cabe una familia de cinco personas, si a caso de tres.
La vieja Tejerías se mantiene
A unos 670 metros de las construcciones, en pleno casco histórico del pueblo, se ven los restos del alud torrencial. Lodo, ladrillos y escombros es lo que queda del sector Castor Nieves Ríos. Los vecinos aún reconstruyen lo que queda de sus casas. Dos excavadoras siguen limpiando el cono de eyección de la quebrada Los Patos, una de las zonas más afectadas por el deslave.
«Desde el primero de octubre empezaron a limpiar la zona. Antes ni aparecían: solo estuvieron los dos primeros meses después del desastre y ahora, a cuatro días de que vengan los políticos», dice María Félix Díaz, profesora de 64 años y vecina del sector Castor Nieves Ríos.
Los vecinos caminaban encima del lodo y la quebrada, camionetas conducían sobre el lecho del riachuelo cargando muebles para recuperar las casas. Si desean subir a zonas más cercanas a la montaña, como el sector El Béisbol, debían pasar por ahí. No hay calles todavía.
«Es ahorita que pude reconstruir la fachada de la casa, con mis ahorros. Solo en esta parte, pegada a la quebrada, se perdieron más de 20 casas», agrega Díaz. «Pero, de todos los afectados por el deslave, solo unos pocos se fueron a Maracay, como unas 14 personas. Ni entre nosotros sabemos cuántos muertos hubo, cuántos desaparecidos hay y cuántos sobrevivientes se han ido», agrega Díaz.
En la ribera de la quebrada lo que queda son escombros. Al lado este de la quebrada los Patos solo se mantienen los muros de una pequeña zona comercial, llamada «el matadero». Una pared blanca y rodeada de maleza sirve de memoria tangible para los habitantes de Las Tejerías: una estela de lodo seco de tres metros de altura marca la magnitud del deslave.
Los transeúntes siguen sus rutinas: un mercado itinerante que se asentaba cerca del río sigue sus ventas. Los comercios cerca del cono de eyección del alud torrencial están cerrados, algunos hasta abandonados. En toda la zona del sector Castor Nieves Ríos solo funcionaba un Banco Venezuela a puertas cerradas.
Los colegios de la zona están sin estudiantes un miércoles por la mañana y la zona industrial al sur del pueblo ya no está tapiada de barro, pero sigue abandonada. Con la tierra ganada cerca del río crearon una cancha improvisada de bolas criollas cerca del mercado itinerante.
Opacidad demográfica
El último censo oficial que tuvo Venezuela fue en 2011. Para ese entonces, Las Tejerías tenía 54.392 habitantes. El pueblo es la capital del municipio Santos Michelena del estado Aragua, una de las zonas con alto riesgo de aludes torrenciales, según el Viceministerio para la Gestión de Riesgo y Protección Civil.
Ahora las estadísticas demográficas están sobre los hombros de los Consejos Comunales del pueblo, agrupaciones de vecinos. Remilgo Ceballos, ministro de Interior, Justicia y Paz, ofreció una cifra nacional de 14.000 viviendas afectadas por las inundaciones y aludes torrenciales durante el 2022. Pero el ministerio, hasta ahora, no ofrece una cifra exacta sobre los afectados en Las Tejerías.
«Los Consejos Comunales se volvieron un enredo con los censos: primero agarraban una manzana (o cuadra), pero luego negaban que alguien vivía en un hogar que estaba destruido y la gente no sabía cómo defenderse. También pasaba que otras familias le hacían un censo en un sector y se refugiaron en la casa de un vecino, y hasta el sol de hoy no sabemos si hicieron esas correcciones. No dicen nada», comenta Zulay Romero, una ama de casa de 55 años del sector Castor Nieves Ríos.
La incongruencia en los datos demográficos y el impacto de los desastres socioambientales no es nuevo en Venezuela. El antropólogo Rogelio Altez, especialista en desastres, ha denunciado desde el desastre de Vargas en el año 1999 que las cifras de fallecidos y desaparecidos no son transparentes.
«Muchas de estas cifras fueron el resultado de declaraciones inexpertas o irresponsables, desde las cuales se nubló toda posibilidad de precisión al respecto, contribuyendo con ello a que la noción sobre aquel evento alimentara la imaginería y no la interpretación», escribió Altez en su investigación publicada en 2007. De seguir con los análisis y proyecciones del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, los escenarios de desastres en Venezuela serán más frecuente con los años.
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