Sao Paulo, Brasil .AFP. Actor protagónico del fútbol sudamericano en los últimos años, Palmeiras estaba llamado a pelear los grandes títulos de la temporada. Pero la Copa Libertadores ya se le escapó y el Brasileirao luce lejano. ¿Qué pasa con el campeón brasileño?
A. Falta de refuerzos
El ‘Verdão’ perdió al menos diez hombres, la mayoría de corte ofensivo, desde la conquista de la liga brasileña de 2022, entre ellos dos de sus figuras: el volante de marca Danilo y el mediocampista ofensivo Gustavo Scarpa, fichados por el Nottingham Forest de Inglaterra.
Algunas de los que partieron estaban llamados a tener más protagonismo o eran recambios habituales, como los atacantes Miguel Merentiel y Rafael Navarro y el mediocampista Bruno Tabata.
El primero de ellos fue prestado a Boca Juniors y asistió al delantero uruguayo Edinson Cavani para que los ‘xeneizes’ abrieran la cuenta en el empate 1-1 en la semifinal de vuelta de la Libertadores, ganada por los argentinos en penales (4-2) el jueves en Sao Paulo.
Los paulistas apenas reemplazaron las bajas con las llegadas del extremo Artur y el volante mixto colombiano Richard Ríos, pese a los reiterados llamados públicos del técnico portugués Abel Ferreira para que se reforzaran.
La situación empeoró con la grave lesión de rodilla del extremo Dudu, una de las máximas figuras del Brasileirao, sufrida a finales de agosto y que debe marginarlo de las canchas por el resto del año.
La directiva justificó la falta de fichajes en que los otros equipos les pedían mucho dinero para vender sus atletas.
«No voy a pagar el triple porque la gente piense que el Palmeiras es rico, no es así», dijo en junio la presidenta Leila Pereira, afirmando que cuidaría la estabilidad financiera del club.
Recientemente prometió la contratación de «mínimo» tres jugadores para 2024.
B. ¿Errores del DT?
Sin un armario amplio para un calendario apretado, Ferreira apostó a un once base, al que solía tardar en oxigenar en los segundos tiempos.
La afición y la prensa reclamaban más minutos para juveniles talentosos como los delanteros Endrick (perla del Real Madrid) y Kevin o el volante ofensivo Luis Guilherme.
Pero el luso, artífice de dos títulos de Libertadores (2020, 2021) y del Brasileirao 2022, entre varios otros desde su llegada hace casi tres años, ha destacado la importancia de no forzar la evolución ni cargar de presión a los canteranos.
«¿Quién es el entrenador de este equipo? ¿Quién hace de todo para que Palmeiras gane? ¿Quién está con ellos todo el día?», reclamó en la rueda de prensa tras la caída con Boca, donde volvió a tener encontronazos con periodistas.
Los tres juveniles, sin embargo, entraron en la segunda parte del juego contra los argentinos y le cambiaron la cara al equipo, aportando para empatar el juego y mandar la serie a los penales.
También tuvieron minutos en la derrota 2-1 con el Santos el domingo, que dejó al equipo en la cuarta casilla del Brasileirao, a once puntos del líder Botafogo a falta de 12 jornadas para el final del torneo.
Ferreira, con contrato hasta diciembre de 2024, ve insalvable la distancia con los cariocas y enfoca los esfuerzos en garantizar un cupo a la próxima Libertadores.
«Tenemos cansancio físico, cansancio emocional y también, nos guste o no, la presión de necesitar ganar para salir adelante», dijo el mediocampista Raphael Veiga tras caer con Santos.
C. Directiva vs hinchas
Palmeiras comenzó bien el año: conquistó la Supercopa do Brasil al vencer 4-3 al Flamengo y el Campeonato Paulista al derrotar 5-2 (global) en la final al Água Santa, y tuvo el mejor desempeño en la fase de grupos de la Libertadores (ganó cinco de seis partidos).
Pero tras la lesión de Dudu, el 27 de agosto, en el triunfo 1-0 contra Vasco da Gama, empezó a caer su desempeño. Desde entonces, disputó ocho juegos entre Brasileirao y Libertadores, con apenas un triunfo, cuatro empates y tres derrotas.
El mal andar y la falta de contrataciones agudizaron los reclamos de la hinchada contra la presidenta y el departamento deportivo.
La relación ya estaba tirante desde que Pereira, una de las mujeres más ricas de Brasil, anunció a principio de año la compra, a través de una compañía aérea de su propiedad, de un avión para transportar al equipo.
Los ‘torcedores’ consideraron que el once precisaba de jugadores en vez de aquel bien y fortalecieron las críticas en su contra, con grafitis fuera del estadio o cánticos atacándola durante los juegos.
La presidenta aseguró en septiembre que recibió amenazas de muerte, por lo que obtuvo medidas de protección contra algunos fanáticos. También quitó beneficios a la barrabrava principal.