Carlos Casanova
El proceso de primaria tiene varias dimensiones, distintas dependiendo del actor. En primer lugar, es un medio de legitimar una candidatura, es un procedimiento unitario, siendo éste el valor superior de la sociedad en lo político, sirve para medir cómo están los liderazgos y la promoción de participación en las tareas de organización de un evento que requiere de ciudadanos para su efectiva realización.
En otros países la primaria es obligatoria para escoger candidatos presidenciales, los partidos abren las puertas para que el ciudadano participe escogiendo quién debe ser candidato. Esta fórmula obliga al dirigente a tener una real conexión con la sociedad, en EEUU el partido Republicano y Demócrata abren sus puertas para que los independientes participen en condiciones de iguales a sus dirigentes; en Argentina acabamos de apreciar una primaria donde el candidato de derecha fue el mejor ubicado.
La primaria sirve para perfeccionar los instrumentos de la democracia; en los únicos países donde no se realizan por ningún motivo, es en los países comunistas. En el caso de Venezuela, donde no vivimos en democracia, sirve para afinar y aglutinar las fuerzas y dirigentes al propósito de presentarse frente a la revolución antidemocrática.
En la primaria todos tenemos una responsabilidad indistintamente de los candidatos y partidos, y se trata de nuestra responsabilidad como ciudadanos frente al mismo proceso.
El régimen que nos gobierna le tiene pavor a la primaria. ¿Por los candidatos? No, ellos saben que de ahí saldrá un ganador, le tiene pavor es a su participación, y por ello busca formas para desestimularlo a usted para que no participe.
Los revolucionarios que se ufanaban de la democracia participativa ahora ni la mencionan, tratan de bloquear su realización, no les interesa ¿Por cuál razón no les interesa? En primer lugar, la revolución es un modelo de líder único (Castro, Chávez -seguiría si no es por su muerte natural o inducida-, Maduro, Ortega).
Ni la revolución ni el PSUV pueden hacer lo que sí hace la oposición democrática: abrirse a toda la sociedad para que con su voto escoja y elija. Los partidos promocionan los suyos y se someten al resultado, sería interesante que la revolución ponga a Maduro en un proceso desde el PSUV abierto para que el ciudadano participe a ver si quieren a Maduro de candidato; perdería ampliamente.
Ahora bien, se construyó un mensaje desde laboratorios mediáticos conforme al cual el ciudadano está desanimado a participar, esto es lo que quiere el chavimadurismo que suceda, y usted que perdió la calidad de vida por la implantación del comunismo en Venezuela, que tiene su familia fracturada en el exterior por el éxodo, ¿no participará? Si esta es una oportunidad maravillosa, sin CNE, para decirle al mundo y a los venezolanos que somos una amplia mayoría que estamos en contra del régimen impuesto desde Cuba como es el socialismo comunitario del siglo XXI, que por demás nos regresó al pasado.
Este es el menor esfuerzo al que está invitado el ciudadano, ubicarse, preguntar dónde queda el lugar de votación e ir.
Usted en su cuadra, en su edificio, en su vereda, en el barrio, urbanización, tome la iniciativa y reúnase, agarren un teléfono, entre todos pónganle saldo, y salgan caminando, toquen puertas, sonrían, abracen y pregunten: ¿Ya sabe dónde vota? Si le responden sí, pregunte: ¿Ya sabe votar? Y le muestra cómo hacerlo, y que lo haga por el que quiera. Y cuando le digan “no sé dónde votar” apele al celular, meta los datos, use el VPN, dígale al más chamo de la cuadra que le diga cómo e invítelo a que los acompañe y dígales a dónde votar.
Conviértanse en los dirigentes de su comunidad, este es un evento ciudadano, sin CNE únicamente controlado por nosotros, los que estamos contra este gobierno que nos trajo a esta crisis.
Es el momento de los pobres de decir Basta ya.