Freddy Omar Durán
Preocupantes declaraciones sobre la situación presupuestaria de la Universidad de Los Andes y sus tres núcleos presentó, en el auditorio central de la ULA-Táchira, su principal autoridad, el rector Mario Bonucci, en rueda de prensa que siguió a una firma de acuerdos que la casa de educación superior estableció con dos proyectos de la empresa privada tachirense, y que vinculan la ecología y la cultura.
Pese a los inquietantes números, comenzó diciendo que “la Universidad de Los Andes está más viva que nunca”, pese a lo que catalogó como “atropello del Ejecutivo nacional”.
Expuso el rector que de los 4 mil 300 millones de bolívares solicitados al Ministerio de Educación Superior, en los cuales no se incluían gastos de inversión, apenas fueron devengados 763 millones, 17 % de lo requerido.
Señaló que ante tal presupuesto aprobado se impuso la exigencia de dirigir 85 % a pago del personal, cuando consideró Bonnuci que por lo general debería ser 30 %; mientras que los gastos de funcionamiento toman una parte equivalente al 13,56 %, y para el sector estudiantil el 0,95 %. Además, hasta octubre de 2023 ha llegado el 5.38 % para gastos de funcionamiento.
—La Dirección General de Extensión, por ejemplo, recibió en el mes de febrero 38 bolívares de presupuesto, que alcanzaba para un coleto; pero para comprar el coleto tenías que utilizar cuatro hojas de papel, tinta, impresora (para los respectivos comprobantes del gasto), que salían tan caros como el coleto— anotó Bonucci.
Afirmó que desde septiembre de 2021 los recursos para cajas de ahorro, pensiones, gremios, seguros administrados, fondos de jubilaciones, Ley de Política habitacional, no están llegando.
—El que les está hablando acá, gana menos de 100 dólares y es rector de una universidad, tan importante como la nuestra. Un obrero con mucha antigüedad, no supera los 10 dólares, y eso está produciendo una diáspora de personal importante. Desde 2016 y 2023 hemos perdido más de la mitad de nuestros estudiantes. Nos sobran cargos de profesores, ya la gente no quiere concursar, porque los salarios son tan miserables que nadie quiere trabajar en el sector público—.
El hecho de que para servicios estudiantiles se haya reducido el presupuesto ha incidido en la suspensión del comedor, del transporte, atención médica y de la posada estudiantil. Igualmente, por tal circunstancia profesores y empleados no gozan de protección social.
—Sin embargo, la Universidad de Los Andes sigue con las puertas abiertas: somos una de las instituciones a nivel nacional que más cupos ofrece a nuestros jóvenes (en tercer puesto, siendo la Unefa la primera). En los ranking internacionales aparecemos en los primeros cinco lugares. Esa universidad sigue con clases, sigue con actividades— declaró.
La respuesta del porqué la ULA sigue en actividad pese a los recortes presupuestales, la encuentra Bonucci en el compromiso de la comunidad educativa, dentro de la cual muchos deben tener tres empleos más y aún así le siguen dedicando tiempo a la universidad.
—Los ulandinos pagamos por trabajar. Somos nosotros los que estamos colocando recursos de nuestro bolsillo, porque creemos en una institución como la nuestra que es autónoma, y hay posibilidad de discernir, donde no hay temor de opinar lo que quiera, pues no será castigado por eso. Usted puede en esta universidad pensar de manera diferente al resto— afirmó.
Destacó el gesto de autoridades municipales de ofrecer su mano amiga a la universidad, e hizo especial mención a la intención del alcalde de San Cristóbal, Silfredo Zambrano, en lo que respecta al transporte, expresada a través de los contactos establecidos con Omar Pérez Díaz, Vicerrector Decano (e).
El autofinanciamiento a través de diplomados, asesorías y otras estrategias de cooperación, que incluyen a instituciones de educación superior con otros países, los perfiló Bonucci como opciones para paliar la crisis presupuestaria, con recursos “muy modestos”, crisis a la que calificó de “política de ahogo” por parte del Gobierno nacional.
—Se nos está creando un cementerio de unidades de transporte que no solo sirven para los estudiantes, como son los autobuses, sino que son importantes, por ejemplo, para un laboratorio, en busca de insumos. Con este presupuesto y estas condiciones la universidad está herida de muerte; pero sin embargo la mantenemos abierta. No hemos cerrado ninguna escuela; pero ya hay algunas en peligro, como en el caso de Educación, pues muchos están desmotivados a ingresar a esta carrera — concluyó.
Se acercan elecciones
Así como recientemente sucedió en la Universidad Central de Venezuela, Bonnuci anunció que todo sigue en curso para que en la ULA se celebren procesos eleccionarios, los cuales aspiran se den para los primeros meses de 2024, y una vez más ratificó Bonucci que “quiero las elecciones y no soy candidato”.
—La Universidad de Los Andes está recorriendo un camino ajustado al artículo 109 de la Constitución, en que participen obreros, empleados, profesores contratados. Ya la comisión electoral presentó al Consejo Universitario el reglamento transitorio, aprobado en primera discusión y el lunes de la semana próxima viene la segunda discusión. Ya lo que correspondería es la elaboración del cronograma y que las instituciones de educación superior retomen el camino de celebrar periódicamente elecciones— subrayó.