Según los reportes del OVV Táchira, sólo en septiembre se conocieron diez casos de personas que decidieron poner fin a sus vidas. Varios fueron los métodos usados por las víctimas.
Prensa OVV Táchira
De acuerdo a los reportes reflejados por la prensa regional, el Observatorio Venezolano de Violencia en el estado Táchira (OVV Táchira), registró durante el mes de septiembre un número importante de casos de suicidios en la entidad andina, que despiertan las alarmas sobre la salud mental en los tachirenses, pues no había sido un factor frecuente de violencia en lo que va de año, aumentando drásticamente la cifra en el último mes con el reporte de diez casos en distintos municipios.
Una decena de hechos que dejan 9 hombres y una mujer con edades entre los 18 y 60 años que decidieron acabar con sus vidas, empleando el método común de asfixia mecánica, y envenenamiento. Además del lamentable hecho de un hombre de 43 años que saltó desde un puente en San Antonio del Táchira, municipio Bolívar quedando su humanidad sobre las piedras del afluente.
Otro de los casos que más llamó la atención de la colectividad, fue el reportado desde la ciudad de San Cristóbal, donde un sujeto de 43 años fue hallado sin signos vitales, tras desconectar de manera premeditada la manguera de un cilindro de gas de 10 kilogramos, generando la concentración del combustible, provocándole la muerte.
A juicio de la psiquiatra Katia Díaz, dichas conductas van ligadas a “típicos trastornos de personalidad que viven entre nosotros, producto de múltiples factores como la crisis económica, falta de apoyo familiar, la dificultad para integrarse socialmente. Cuando se salen de control dichas actitudes se vuelven psicópatas, ligadas a los límites de personalidad, razón por la cual terminan por convertirse en un automático acto suicida por impulso”.
Díaz hace un recuento de lo importante que es poseer habilidades para la resolución no violenta de conflictos y la superación de problemas. Tener confianza en uno mismo y en sus logros, contar siempre con apoyo familiar y cultivar amistades estructuradas en fuertes lazos, ayudan a estar integrado socialmente. El efecto protector se va aumentando si se participa en alguna red de apoyo comunitario (club social, grupo parroquial, equipo deportivo, etc.
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