Por cuarta vez en la historia, Aurinegros y Rojos del Ávila se
verán las caras en esta instancia, con ventaja para el elenco
tachirense con par de títulos en 2007-2008 y 2021, mientras que los
capitalinos ganaron en 2009-2010
Homero Duarte Corona
Una final entre Deportivo Táchira y Caracas o la inversa, la lucha por
un título y por ende la Estrella, no tiene desperdicio, es el Clásico más
apetecido del fútbol rentado de la Primera División en Venezuela, bien
sea en el “Templo” de Pueblo Nuevo o en el Olímpico de la Ciudad
Universitaria de Caracas.
Las dos caras inversas de la moneda, el aurinegro el más sólido de la temporada, apenas perdió dos partidos en la primera vuelta, contra Hermanos Colmenares en la segunda fecha y contra el aún campeón Metropolitanos FC en la sexta jornada, para desde entonces sumar 22 juegos de la ronda eliminatoria sin conocer la derrota y seis del cuadrangular final, un total de 28 encuentros con la frente en alto, un récord en el balompié rentado venezolano de la Primera División.
En la acera de enfrente el Rojo del Ávila, una temporada muy regular, sin grandes contrataciones, más juventud que experiencia, sobre todo muchachos de la cantera; venido de menos a más, clasificó al cuadrangular del G4 en la fecha de cierre, luego de empatar frente al Carabobo FC en condición de visitante.
Ya en el momento supremo, el cuadrangular, para sacar los dos finalistas de la Liga FutVe 2023, Leo González y su tropa terminaron en el segundo puesto con 9 puntos, detrás del Deportivo Táchira que sumó 12 y concluyó de primero.
Cuando se sopesa la temporada hecha por las dos escuadras finalistas, el aficionado y el más desapercibido parroquiano se encuentra, que no tiene razón de ser; un equipo como Táchira, el mejor de la campaña, galopó en la segunda vuelta, le sacó más de 20 puntos a su rival para optar por el título, y puede quedarse con las manos vacías a la hora de disputar la Estrella, si llega a perder en el partido único del 25 de noviembre.
El pasado sábado se vieron las caras los eternos rivales, pactaron un empate, el cuarto de la temporada, en el estadio Pueblo Nuevo, con la presencia de unos 30 mil aficionados, un abreboca de lo que será el choque de la verdad, donde está en juego muchos intereses, el que ocupará el trono que ahora está en poder de Metropolitanos FC, otro club rentado que hace vida en la capital del país.
Los aficionados más exigentes, en ocasiones recalcitrantes, no aceptan que su equipo empate o pierda, siempre quieren que gane, y el caso de un duelo Táchira-Caracas, ni en calidad de “amistoso”, permiten que el amarillo y negro regale puntos, que fue lo ocurrido el sábado anterior.
Dentro del terreno del análisis, Táchira ya estaba clasificado, no podía arriesgar jugadores que son claves para el juego final, incluso el propio técnico Leo González se reservó elementos que fueron regulares en toda la temporada y en los cinco partidos anteriores del cuadrangular, sabiendo que logrando un empate conseguía la clasificación, que al final de los 90 minutos y el agregado aurinegros y Rojos del Ávila pactaron una división de honores, 1-1.
Una arma de doble filo para el aurinegro..?
El interrogante es viable para algunos, pues aseveran que el Deportivo Táchira dejó “vivo” al Caracas FC, le dio oxígeno para el choque definitivo. Sin embargo, una cosa piensan los hinchas, no todos, y otras el director técnico Eduardo Saragó, quien en ocasiones desconcierta por los cambios que hace en los partidos, pero a la postre obtiene los resultados deseados.
No podía arriesgar una lesión o expulsión de jugadores claves con miras a la final, casos concretos, Yerson Ronaldo Chacón, Gonzalo Fioravanti, Maurice Cova y por lo menos dos elementos más que son vitales para la gran final.
Le ocurrió al profesor Leo González con el defensor Rubert Quijada, quien fue expulsado el sábado y no podrá actuar en la final, sin duda una gran baja para la causa caraquista, lo va a extrañar mucho el cuerpo técnico y sus compañeros de equipo, conociendo de su calidad y capacidad a la hora de defender.
Todo lo contrario para Eduardo Saragó, sabe el técnico aurinegro que la ausencia de Quijada le hace un “favor” a sus atacantes, independientemente el profesor González tenga un relevo de peso, que cubra en buena forma la vacante del experimentado jugador capitalino.
En este momento, por lo observado a lo largo de la temporada, por plantilla, es superior el Deportivo Táchira; no obstante el meollo del asunto está en que el bando capitalino ha venido de menos a más, está crecido, y en los hechos, en partidos definitorios ha sido el talón de Aquiles para el nueve veces campeón venezolano, en Pueblo Nuevo y en el Olímpico de Caracas.
Resta una semana, ocho días de mucho estudio y trabajo por parte de jugadores y cuerpos técnicos con miras a llegar en la mejor forma, cada quien en busca del título y una nueva Estrella: la décima para el amarillo y negro y la trece para al rojo capitalino.